domingo, 25 de julio de 2010

Ni nueva ni york.(2). Llegada


Como ya todo el mundo sabe de tó, lo peor de salir de viaje no es ir cargado con una maleta de 20 kilos, sino con los prejuicios o historias mil que te cuentan para no dormir.
Evitas no se un palurdo pero te imaginas al guardia americano en la frontera "comelatino" que te va a llevá a un calabozo y te va a pegá una somanta palos.
Y que va. Allí están más vacilones que pá que unos polis, unos más simpáticos y otros menos, con cara de funcionarios y con ganas de irse a casa. Te pones de puntilla pá ver si ves el calabozo donde le pegaron al Canales unos porrazos pero no ves ná. Sales con la maleta que por supuesto no lleva ná de chorizo ni jamón porque t´han dicho que como te pillen con un paquitito del mercadona te enchironan dos días por meter carne en el país y tampoco. Ni te miran la maleta.
Es que decimos muchas tonterías. Y somos mú de pueblo. Lo único que me sorprendió es que banderas tienen por aquí por allá. Y que como el Yogurtu de Les Luthiers tus primeras impresiones son digitales: te toman la huella de todos los dedos, en grupo e individual. Cuando te dice que pongas el gordo parece que haces on ok. Pero no pongas el corazón como tu sabes que te llevan al calabozo y te pegan una paliza. Es mentira, jeje.


Después sales ya por fin libre de guardias y te encuentras a gente esperando y unos guías con papeles y nombres escritos. Preparas tu mejor frase en inglés y antes de decirla te da la mano un viaje amable y te dice:
- Hola, soy Wilson Vargas. Me espera allí que ahora mismo salimos a su hotel.
Y entonces te das cuenta que allí la comunicación no es un problema. Miras a la cara de la gente esperando encontrar a los americanos felices que ves en la series y ¡¡tampoco!!
Gente de aspecto inteligente, con preocupaciones o sin ellas. En fin, como en toas partes.
Eso sí, el water lo llenan una hartá de water que parecen que están todos atascados y no es así. No se te ocurra sentarte que entonces puedes poner en remojo las partes nobles y te puede ocurrí como con los garbanzos.
Y entonces ya te subes al autobús y empiezas a cantar "nací en Nueva York, provincia de Graná" y te acuerdas de tus padres, de Carlos Cano y de tó los que te dijeron que ni se te ocurriera llevarte un paquitito de jamón. Porque ahora, a las doce de la noche ¿dónde busco yo un bar con bocadillo de calamares?
Madrid, te echo de menos.....
Pero esa será otra historia.

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