miércoles, 5 de agosto de 2015

MIJAIL DESESPERAZHOVA ACUDE A SAN SERGIO PARA COMPROBAR COMO LA PROHIBICIÓN PROVOCA EL EFECTO CONTRARIO DESEADO POR FEDER DOCTO JECKILL RESTREGOFF. 4

Viajaba Mijail acompañado de su vieja cámara de foto para arrancar panorámicas a la realidad. La realidad frente a la imaginación. La realidad debería ser lo inimaginable pero en ese doble juego la realidad es todo lo crudo que acontece. En Rusia hay mucho crudo acontecida. Menos mal que al menos la gasolina está barata.
La cabeza de Mijail vuela por la Rusia de los zares. "En Rusia son ciertos todos los dichos excepto uno porque aquí si es oro todo lo que reluce. Las cúpulas que ustedes ven son de oro". Cuanta ostentación se decía para si Mijail. Detrás de tanto oro había un escenario de miseria que sufrían los siervos de aquellos zares que al parecer estaban todo el día maquinando excentricidades y pamplinas en como derrochar el dinero. La revolución de octubre hizo rodar cabezas y el viejo comunismo igualitario y de camaradería cayó del autobús que llevaba al grupo a San Sergio y pudieron contemplar las casas de 20 metros para tres o cuatro personas, las privaciones, las corruptelas, los somoselpartido, el odio feroz a las religiones, ese atentar contra el más profundo de las personas.  Cayó el muro y lo que son las cosas. La guía habló peste de quien en occidente es el redentor, el tocayo de Mijail pero en este caso Gorbachov, el hombre de la mancha.  Decía Natasha que la peor época de privaciones, sin nada que comprar, sin nada de nada fue por culpa de Mijail.
Al cabo de un rato más de disertaciones no contrastables y  decepciones incontestables el autubús llegó a la Meca ortodoxa. La guía narró las maravillas y milagros del santo y entraron en una casa donde se pagaba el canon para poder hacer fotos aunque regalaban un cd con muchos canon. Llovía a mares. El día era desapacible. Natasha volvía a explicar los tormentos que pasan los ortodoxos rusos en nombre de la fe y repetía aquello irrepetible que Jesús sufrió por nosotros y que nosotros teníamos que sufrir por él lo que se traducía a estar de pie en misa. Mijail se reía de ese Dios creador que se supone buena persona y como de pronto se convierte en un castigadios de padre y muy señor mío. Los ritos eran lo que eran, la mujer ocupa un quinto plano. La estupidez ocupa los altares, pero a ver quien dice nada. Todo es fruto de una tierra donde sembraron la prohibición que es lo que mejor hace crecer el fruto de la fe ciega.
Eran las doce y media y había que comer. Otra vez castigados a la comida del día anterior. Después de una pesada digestión el autobús llegó a Moscú y como habían sido buenos tuvieron la tarde libre. Plaza Roja, galerías comerciales del capitalismo. Sueldo medio en Moscú 900 euros, aunque un médico o un profesor universitario cobraba un equivalente a 400 euros. Ya se superó aquella época de cambiar un vaquero por productos locales pero el camino iniciado estaba aún en sus inicios y para algunos marcha atrás. ¿Es oro todo lo que reluce? Póngame medio kilo de algún otro metal innoble. Moscú no quiere sangre azul que aquí toda la sangre derrrrramada es roja. 

DÍA TERCERO DE MIJAIL DESESPEROZHOVA EN MOSCÚ DONDE CUMPLE AQUELLO DE QUE LA MAREA SUBE, LA MAREA BAJA, TODO ENCAJA. 3 POR FEDER DOCTO JECKILL RESTREGOF

El tercer día tiene algo mágico, algo místico, algo magnético, algo esdrújulo, algo metafórico. Al tercer día resucitó. Si viajar es como nacer y nacer es morir un poco, Mijail comrpobó que su mente le penetraba nuevamente. Y le penetraba de arriba a abajo, que es lo conveniente. Muchos en ese trance han sufrido un desencuentro y la mente se les ha introducido de manera insidiosa y mala intencionada por la parte de atrás.
Hasta las 12 y 20 no había que acudir al monumento de Carlos Marx para ir a comer y visitar el Kremlin "dondesonmuyrigurososyalahoraquetedenlacitadebesacudir" 
As´que fuimos a un mercado artesanal que hay a unos cuantos kilómetros de allí. El metro en Moscú no es muy difícil y llegamos rápido a Izmalovo. Alli había muñecas rusas en miles y teniendo en cuenta que se multiplican por cinco o más ni te cuento. Gorros rusos, figuras de madera, cristal con cositas dentro. Vamos, un encanto Hasta hice un vídeo.
Fuimos a las 12 y 20 donde habíamos quedado y bajo un sol de injusticia viejos amigos del partido comunista daban un mitín que era para salir corriendo aunque algunos ya no corrían demasiado. Mijail se preguntaba ante el entusiasmo de aquella mujer que leía sus proclamas si no sería mejor hacerlo por vídeo conferencia. Uno y otro y otro. Aquello era demencial.
Fuimos a comer a un bar para turistas de la plaza roja que por tener día nos volvió a poner la misma comida y no porque fuéramos ese niño desobediente al que guardan la comida de un día para otro, no. Si no porque otra vez hojas verdes de sabor indefinido, sopa de sobra con patatas fritas y productos de la huerta y pescado en salsa indefinida. De postre plástico al limón. Y café tipo achicoria con malta de fondo hervido con frutos de algarrobo. Algo robó sobre el nido del cuco.
A las 14 y 23, siguiendo órdenes preestablecidas, atravesamos las murallas de la fortaleza que parecen de ladrillos coloraos como el Falla de Cádiz. Pero que va. Allí todos cantan a coro y no hay chirigota, aunque todo sea una, valga la redundancia. La sombra de Putin que está por allí pero llega en helicóptero, nadie sabe donde vive, ni con quien y con medidas de seguridad espectaculares sobrevuela el ambiente.  El recorrido no puede ser más insulso y muy propio del carácter ruso. El cañón más grande jamás construido que el enemigo solo de verlo salía corriendo con unas balas tan grandes que podrían derribar media ciudad. Lástima que fueran más grandes que el propio cañón e inútiles por tanto. Un poco más allá una campana que no habría vaca que la sujetara que tampoco llegó nunca a sonar porque se rompió un cacho. Increible. Más allá la capilla donde bautizaban los zares a los niños y patatín, patatán, putitín, putitán. Lo más llamativo fue ver que las gruas se llevaban los coches subiéndolas con cadenas en las cuatro ruedas. A Mijail le recordó a aquella visita a Bolonia que la guía empezó a explicar y cuando se quiso dar cuenta todos se habían ido a coger caracoles. 
Después de descansar Mjail fue a ver ballet Kostroma. Una auténtica obra de arte donde los bailarines eran atletas. Las coreografías magníficas, la puesta en escena excepcional. Los vídeos que acompañban muy buenos. 
Mijail se alegró de congraciarse con el trabajo de sus paisanos soviéticos. Mucho tesón, mucho esfuerzo, unos bailes divinos realizados en dos partes. En una primera la historia de Rusia con invasiones vikingas, zares, comunismo. Muy bien. Y una segunda con bailes de las distintas culturas. Grandes momentos en los bailes más conocidos pero en general todo redondo.

MIJAIL DESESPEROZHOVA ATRAVIESA ATRAVESADO LA PLAZA ROJA, LA CATEDRAL DE LA REBELIÓN Y LO QUE HAGA FALTA POR FEDER DOCTO JECKILL RESTREGOFF (2)




En los viajes la cabeza aterriza el segundo día. El cuerpo intenta adaptarse y sufre las dificultades de un espacio y un tiempo diferentes, el cambio en los hábitos básicos como comer, dormir, tu vieja almohada... Pero la mente llega un día más tarde. Cuerpo y mente se desprenden y viajan en tiempos diferentes.
Mijail lo sabía porque era un viajero experimentado. Podía comer o no comer. En la vieja Siberia un día se comía un ciervo y cinco no probaba bocado.  Mijail no sufría especialmente aunque los años van pasando  y un desayuno en exceso provoca desarreglos digestivos difíciles de conjugar con un verbo en primera persona del singular. Yo me meo a veces no cuadra con el horario exigente del viaje en grupo. Las circunstancias individuales son eso, INDIVIDUALES. Y esto es un viaje en grupo.  Mijail se quedó de piedra cuando dos personas el primer día se quedaron en tierra porque la guía tenía que cumplir su programa. Mijail y todos sabían que el retorno al hotel de estas dos chicas desconociendo el idioma, de noche y en un pais donde se habla ruso o ruso podía ser confuso. Pero Confucio no es el patrón de estos viajes donde si son las 12´15 esto es la plaza roja. 
El contexto político y social también empieza a percibirse el segundo día. Mijail pensaba que el pueblo eslavo estaba marcado a fuego con la c intercalada.  C de caciques con nombres de Zar, C de comunismo, pero 30 años después la C de capitalismo también los volvía esclavos a los eslavos. Pobre pueblo.
Cuando veía los restos del viejo poder en personas tristes que habían sufrido tanto, que habían salido adelante con mil privaciones y que ahora no entendían que se fuera a peor incluso, Mijail se apenaba. El pueblo ruso es un pueblo abofeteado. Todo es grande en Rusia pero esa megalomanía la paga el pueblo y la disfrutan unos pocos. Qué de hostias por todas partes. Y la religión tiene mucha parte de culpa. "Aquí venimos a sufrir porque Dios sufrió por nosotros" Y por eso las misas son de tres horas y de pie, ayuno de doce horas. Marx se equivocaba al señalar la religión como el opio del pueblo. Ojalá. La religión es la atadura del pueblo para no rebelarse, para decir SÍ donde habría que decir NO. Políticos y obispos se frotan las manos con el miedo colectivo.
Sobre iconos y dioses estaba montada la visita del segundo día y con este caldo de cultivo la actitud de Mijail era de cardo borriquero. Primero esa iglesia adorada que prohibió y destruy´el partido, que sobre ella hicieron una piscina tan enorme como absurda en una ciudad como Moscú que alcanza los treinta grados bajo cero. Después más cantos y gorgoritos en San Basilio. El segundo día no es buen día. Es un día de ajustes donde siempre falla algo. 
La comida. La comida suele fallar en Moscú. Ensalada triste de Sovjov y sopa de remolacha a la quinta pregunta. Segundo plato innombrable y postre o tercer misterio de la santisima trinidad.
El metro es también excursión en Moscú. Hay paradas de metro con detalles bélicos. La guerra y la sangre derramada. Francia 2 - Rusia 6. Una retirada a tiempo es una victoria y el General Invierno y quemar los campos fue una táctica infalibre. Destruye que nada queda. Se acaba el segundo día un tanto psicodélico, agotador. Si hoy es sábado esto es lo que hay.