Un curso termina y unos chicos y chicas engrosan la enorme lista de recuerdos. No todos los años son iguales, no todos los cursos son iguales. Y en este curso más que alumnos se me iban partes de mi. La verdad es que me emocioné y lejos de arrepentirme me da fuerzas para pensar que estos chicos y chicas llegaran lejos.
Amigas y amigos:
Estáis a punto de pasar una página muy importante de vuestra vida. Y lo gracioso de esto es que parece que fue ayer que estabáis sentaditos en clase de Eugenia y Aurora asustados algunos y llorando otros porque es verdad que Aurora y Eugenia son dos maestras de miedo.
¡Cuántos recuerdos de aquel infantil! Vuestros primeros novios y novias. ¡Y qué lindos eráis!... bueno, no quiero decir que ahora no lo seáis… bueno… que me lio ¡que de chiquititos gustáis más!
Eugenia se jubiló y llegó Lourdes y todo iba bien. Después de 3 años de Infantil un curso fue a las sabias manos de Antonio y el otro continuastéis con Aurora. ¡Qué caritas más bonitas en aquel primero y segundo. No es que ahora no seáis bonitos, no. No quiero decir eso. Es que erais una monería.
Pasan otra vez cuatro años como quien se acuesta y se levanta ¡qué de prisa pasa el tiempo! Y dos grandes profesores se hecen cargo de vosotros: Manolo y Salvador. Según os habéis ido haciendo mayores también va siendo más difícil daros clase ¡Así que no crescáis mucho más! Es broma, es broma. El crecimiento no se debe parar.
Lo único que si antes teniais una torrija pequeñita… ahora tenéis un torrijón, lo que antes era un pavito… ahora es un pavazo. Es broma, es broma.
Y ahora en serio. Os quiero decir solo tres palabras mágicas para que vuestro paso por el instituto también sea tan bueno como el que habéis pasado aquí:
1. La primera esfuerzo. El esfuerzo es la puerta que nos conviene coger y que casi siempre dejamos cerrada porque pensamos: mejor cojo la otra puerta (y me tiro en el sofá). No lo hagáis. Siempre habéis sido listos. No caigáis en los mismos tópicos de todos. ¿Qué no vale la pena el esfuerzo? Probadlo.
2. La segunda palabra es madurez. Pero la madurez no se compra, eso es lo malo. La madurez se va cogiendo con esfuerzo y dedicación. Y sabiendo muy bien lo que te conviene: organiza tu tiempo, no te abandones, no vayas a lo fácil.
3. Y por último la constancia. Aunque no lo creas La Constancia no solo es una barriada de Jerez. La constancia es luchar, caer y levantarse, tener claro que te tienes que superar cada día. Y cuando seais un buen médico o notario o fontanero acordaros de estas palabritas…
Que os vaya muy bien y mucha suerte.
