domingo, 8 de abril de 2012

EL ENTENDÍO: CRÓNICA DE ENSAYO Y ERRÓ DE UN DOMINGO DE RESURRECCIÓN LA MAR DE ANIMAO CON UN PREMIO QUE HE GANAO Y UN FINAL MEDIO APOTEÓSICO Y MEDIO APOCALIPTICO CON LO QUE SUERTA ER VINO

 Domingo de resurrección. Yo soy creyente conveniente de la iglesia romana pero hoy se les ha ido la lengua. Aunque ya estoy mejón no pude llegá temprano a la peña y cuando llegué se ve que ya se habían tomao más de un chato.
Así que ná más verme empezó el Lauren a cantarme "resucitó, resucitó!"
- ¿Ya estás bien, Entendío? Y al quinto día resucitó. Has tardao un poquillo más, pero aquí está er tío.
- Calla, Lauren. No seas eresmista protestante. ¡Y menos hoy que voy a pagá una conviá que me ha correspondío 1000000 de libras y 1000000 de euros!
Todos se pusieron como locos a gritá y a aplaudí, imagino que por la conviá. Y les enseñé los correos de Shantelle Hender y Mark Williams diciéndome que me pusiera de acuerdo con citi.bk.plc@hotmail.com pá recibí un millón de libra. San quedao como atonitaos porque endeluego tiene tó los visos de sé verdá.
- Cuidao, entendío, ma dicho er Jesús, que naide da duros a pesetas. A vé que te va a pedí la Chantelle esa. A vé si vas a caé en  la red del besugo.
- Déjalo que disfrute, hombre, no seas aguafiesta.  Que paeces el obispo ese de Arcalá der Valle, ha dicho Casiano haciéndose el enfadao.
Y entonces er Lauren, disparatao totá, sa puesto una servilleta blanca como arzacuello y nos ha sortao un discurso que hemos estao llorando de la risa:
- Hermanos, tenemos que evitá el clu de los hombres nocturnos. ¡¡¡ALLÍ ESTÁ EL INFIENNNO!!!! Yo lo conozco bien. Allí voy toas las noches pá que no pequéis. Pobres homosexuales que están quemándose vivos como los pollos.
Y así ha estao veinte minutos de reló. La verdá es que er cardená este sa pasao. D. Juan Antonio Rey no tiene que hablá de lo que conoce... y si lo conoce... tampoco tendría que hablá.  Me recuerda a los que dicen que han dejao el tabaco... y que no se acuerdan donde. Si quieren ser mártires... van por buen camino.
Pero el bebé y el rascá es solo empezá. Como todo el mundo se reía con er Lauren pues este venga y dale. Y de pronto, más exartao que nunca, se subió a la barra y dijo:
- Y ahora voy a empezá a dar las hostias. Y se tiró de la barra y empezó a repartí collejas que no te creas tú, ¡qué dolían!
Y de pronto se echó a llorá y nos contó como los borrachos y los niños toda su verdá. Pero esa te la cuento mañana que vas a aluciná. 
Y es que en los pueblos tó parece perfeto y tós nos llevamos bien, pero eso es mentira. Una de las verdades más gordas que he escuchao es esa de pueblo chico, infieeeeenno grande. Yo lo conozco bien, como el obispo de marras.
Ar finá zortó er Lauren tó lo que llevaba dentro: en la casa san juntao su mujer y él, su cuñá y el marío de esta, amos, el famoso cuñao. Pero el cuñao no es el padre de la sobrina que es sobrina der Lauren. Y cuando estaban fregando los platos el Viernes Santo se ve que el cuñao estaba haciendo tonterías y caricias con su hija que no es su hija. Totá: la cuñá se enfadó, el cuñao gritaba, la mujé iba como loca dacá pallá y como er pobre Lauren no hacía ná pó también tuvo arguna:
- ¡Tó los hombres seis unos cerdos! ¡Y tú además un carzonazo, que no haces ná ni le rompes la cara a este gorrino!
Al Lauren lo de carzonazo no le sentó mú bien y se ve que se tomó una arroba de vino pá digerirlo. Pero cuando lo vimos llorá nos compadecimos tanto que pá animarlo cada uno empezó a contarle sus penas, varga la contradicción.
- Pó fijate yo, que estoy tó er día en la peña porque no aguanto a mi suegra, que no hace más que meterse conmigo.
- Pó yo a quien no soporto son a los niños que hacen en la casa lo que les da la gana y uno encima es el úrtimo mono.
- No llores Lauren, si carzonazo semos todos. Pá no rompé la armonía ni la vajilla tragamos tragamos. Si se llenan las casas con catorce y siempre les toca a los mismos prepara las camas y vente armuerzos y vente comidas y vente cenas y vente pacá y vete pallá. Que si a comprá que si a pagá.
- Bueno, dije yo. ¿Y si todo nos va tan mal qué hacemos aquí?
- Pó emborracharnos, Entendío, qué vamos a hacer.
Y así fue que nos tomamos otra arroba de Cariñena sin consagrá ni ná. No, si ar finá voy a sé un blasfemeador.