domingo, 14 de mayo de 2017

ALMERÍA

El viaje a Almería fue en los primeros días de la Semana Santa una auténtica maravilla lleno de colores y sabores.
Los pueblos que conforman el parque natural del cabo de Gata son tranquilos y sosegados. El cuartel general lo tenía en Vera, pero ya casi en Garrucha. 
Lo que son las cosas, era la fiesta de la tapa y tomar un cachopo con gamba roja me gustó muchísimo. Luego por la tarde recorrido por el pueblo de Vera. 
Todos los pueblos tenían un denominador común: la limpieza y el aspecto de tranquilidad. Cuevas de Almanzora, Carboneras, Mojácar.
Muchos rastrillos porque los franceses se han dado cuenta que en Almería se vive de maravilla.
Las playas naturales y paradisiacas. Después pueblos como Vélez y la costa de Murcia que tiene muchas semejanzas.
Almería es una preciosidad y no he dejado de cantar el pasodoble que un día le hizo Carlos.