miércoles, 8 de agosto de 2012

EL ENTENDÍO Y ER CASIANO: CRÓNICA DE ENSAYO Y ERRÓ DE LO MALO DE LO BUENO EN CUESTIONES DER COMÉ.

ER CASIANO CON LA MISMA CARA QUE
TENÍA EN ER BUFÉ PENSANDO DONDE TRINCÁ
El hambre es mú mala. Pero más peor entoavía es la ley der pobre. Esa que dice "antes reventá que sobre" Mardita sea la hora que er Casiano me dijo ayé que podíamos ir a comé a uno de esos sitios que te pones morao con 6´95. Es una barbaridá de dinero pero arguna vez hay que hacé un ezcezo y sin más ni más nos fuimos. 
 Es una horita sigo que ma dao otro ataque de gas interitis y tengo que ver al tío Roca.
Bueno, a lo que íbamos. Los bufés esos tenían que estar prohibíos. Es la tentación vive arriba pero con techo transparente. Es como escuchá a los vecinos de arriba haciendo ñaca caña pero verlo ademá. Pollo frito a montones, cangrejos, jamón, langostinos, quesos de mil colores, sarchichones, entremeses anuales, ensaladillas con atún y huevo duro, pinchito. Y una plancha. Tú le dice ar gachó: hazme esto. Y er tío te lo hace. ¡Qué atracón, dios mió!  Pá reventá. Te lo juro. Y eso que yo y er Casiano comenzamos a lo fino. Leímos un cartelico con mú mala leche que decía que si sobraba comida te la podían hacé pagá. Y nos comimos hasta la úrtima papa aliña. Aluego nos pusimos un platico de paella pero pá nosotros, asín, con muchos trompezones. Pasemos antonces a los embutíos, que como semos de pueblo es nuestra especialidá. Allí ya comenzó un poco er basterío y la gente nos miraba con cara es tupefarta, ante el asombro de que cada vez fartaban más cosas. A eso nos dio la sed y hay estaba er poblema. Menos má que er Jesú nos avisó ar salí y salimos ya provistos de nuestra botellica de tinto de 250 guardá en la fartiquera.
Esta botella de vino nos la dieron en un viaje de esos que hacen pá engañannos a los viejillos y nos dan de comé y aluego en la modorra te meten las mantas y las corchas. Pero yo y er Casiano nunca hemos compraó ná. Como te iba diciendo. Que nos guardamos el Cune pero guardamos el envase. No por ecología, sino por ahorro. Cuando vamos a cuarquiér lao la rellenamos con Elegido y cuando es perciso, raca, nos metemos en el cuarto baño y un traguillo. Así pudimos aguantá 22 platos cada uno. Ya ar finá no nos quedaba vino y la rellenábamos de agua. Porque claro, nos habíamos puesto moraos, ¿pero como no vas a comé un postrecillo?  Ya te digo. Natillas, arroz con leche, yogures, malacotones en armibares, sandía, mango. Lo que yo te digo: er paraíso y más, que en er paraíso solo ponían manzanas. Como ya estaban barriendo nos tuvimos que levantá, no sin antes rellená otra vez er plato con lo que más nos había gustao. Como los discos de éxito.
Hasta un huevo duro más se comió er Casiano que como es rubio se parecía ar Paul Redfor aquel que se comía muchos huevos en la cárcel.
Lo cierto es que hoy estamos pagando las consecuencias de nuestra glotonería. Er Casiano tiene fiebre de indigestión y le dan temblores y sudores. Porque es que er Casiano podía haber nacío camello. Y yo estoy hecho un piltrafa que veo la comida y me dan naúseas, osease, naciabundo por el mundo. Te lo juro por Arturo. Huelo la comida y miro pá otro lao.
Mú  malito tengo que está. ¡Tanto disfrutá pá ahora este mal rato!
Eso sí, que nos quiten lo bailao, que iban a tené que prepará un camión de esos de desatasco. Me imagino ar Casiano con la manguera en la boca y me da la risa. Parece un oso hormiguero. La pena más grande es que ha venío er Jesú a verno y nos ha dicho que hoy había un cartelico en el BUFÉ que ponía:
SE TRASPASA. 
No creo que haya sío por nosotro. En cuarquiér caso o ponen ese carté o uno que diga RESERVADO ER DERECHO DE AZMISIÓN.