miércoles, 2 de enero de 2008

Las cosas por su nombre

Después de cuatro años de gobierno socialista y de aguantar los manoseos y sodomizaciones de la cúrea episcopal, vienen los pobres a decir ya está bien y las cosas por su nombre.
Triste es ver como obispos, curas, retrógrados y otros habitantes del PP urgan las narices, pero más triste es seguir asistiendo a un espectáculo celeste de hipocresía, intereses y fanatismo.
Si el estado es laico, es laico. Ya está bien de medias tintas. Ni clases de catequesis en los colegios e institutos, ni subvenciones ni hostias. Dígase en el mejor sentido de la palabra.
Asistimos atónitos a un espectáculo divino donde Dios juega un papel de espectador ilógico a todas luces. ¿Por qué si Dios existiera a vuestro modo y semajanza no nos habríais ya mandado otro diluvio o una gran peste?
El tema es ese. Dios no es lo que vosotros queréis que sea y la peste sois vosotros.