jueves, 20 de septiembre de 2012

CHAQUE JOUR UNE CHANSON: QUE TINGUEM SORT


Tal vez sea el único andaluz que no me ría de los chistes a los catalanes. Y no por saborío, te lo juro. 
Me encanta la cultura catalana y he pasado muchos veranos por allí y un año entero en Lérida con escapadas a Barcelona casi semanales.
La calle San Pau me conoce. "Ya está aquí el pesao este buscando discos" decía por los años ochenta.
En estas fechas me gustaba ir especialmente por las fiestas de la Merce. Música en la calle, cantautores por doquier. Labordeta, La Bullonera, Lluis Llach. ¡¡Qué gozada!!
Respeto mucho el sentimiento de independencia pero en estos momentos no lo entiendo. Cantaba Lluis que su pais es tan pequeño que cuando el sol se va a dormir no está seguro de haberlo visto.
¿Independizar qué? ¿Para qué?
Como andaluz siento que todas las noches me cuentan el mismo cuento: La Cenicienta. Muchos hermanos en una casa y a casi todos ayudaron creando industria menos a uno. Es el cuento del gato con botas.
Olvidados los rencores, olvidados otros tiempos, sepamos mirar al futuro. Mi país es tan pequeño que cuando el sol se va  a dormir no está seguro de haberlo visto. Buenas fiestas.

EMPIEZA EL OTOÑO ¿EMPIEZA MI OTOÑO?

En este septiembre algo huele a diferente. Empieza el otoño pero noto cambios a mi alrededor. Hablan del síndrome del nido vacío cuando los hijos salen de casa. Este año sale el pequeño y no es esa mi sensación. Siempre he tenido la idea que hasta los pájaros saben más de crianza que los humanos porque saben que salir del nido no es solo necesario: es bueno. Un hijo evoluciona desde la dependencia más absoluta a la independencia total. Y lo hacemos bastante mal cuando en dejar de dejarlos crecer lo hacemos cada día más idiotas. 
 

 
 No es mi caso. Estoy feliz viéndolos crecer, viéndolos mayores. Miro hacia atrás y parece que fue ayer cuando estábamos en los columpios, cuando viajábamos juntos. Miro hacia atrás y un nudo se apodera de mi garganta. Los veo tan     mayores que me da vértigo.
La vida. No se me rompe el alma pero un pellizco tengo en el estómago y una extraña humedad circunda mis ojos.
Y parece que fue ayer.
Nueva etapa. Nueva era. Nueva estación. Empieza el otoño. ¿Empieza mi otoño?
Una dulce sensación, sin embargo, es más grande que todo: ¡qué bonito ha sido! Qué grande es ahora hablar con ellos y verlos tan maduros y tan personas.