Ayer me acordé de Javier Krahe y hoy me acuerdo de su discípulo, Victor Lemes, cantautor canario que tuve el privilegio de ver en la edición de este año de ABRIL PARA VIVIR, en Granada.
No solo ganó sino que convenció.
La canción me gustó pero me gustó más la presentación.
Cuantas veces, decía, en las relaciones personales nos haría falta como en los aviones una caja negra que recogiera recuerdos y frases de lo que ha sido.
Por propia experiencia, he tenido tres cuñados, hay muchísimas relaciones de pareja que cuando se rompen llegan a la rabia más insoportable. Lo que ayer era amor se va volviendo otro sentimiento, cantaba Carlos. Pero no. No es otro sentimiento. Es ASCO. Da asco ver a los que un día se acariciaron, se amaron, se comieron, ver como se desprecian y se odian de manera tan abrupta.
Hay más cajas negras. Amigos de toda la vida que por una palabra mal entendida han pasado del aprecio al desprecio más absoluto,
Y en las relaciones laborales, más de lo mismo. Pintamos de color rosa el buen ambiente de trabajo, lo guay que son los compis y al momento, zas, ar carajo, ar carajo, que decían los mojinos escozios.
Se olvidan los años de codo con codo, de esfuerzos compartidos.
La memoria es parte esencial de nosotros mismos. Y el que carezca de ella que se estrelle por si solo.
