lunes, 30 de julio de 2012

SUFRIMIENTOS PARA CONTAR EL CUENTO: SI NACISTES PÁ MARTILLO DEL CIELO TE CAE... LA NAVAJA

I
El curso no era bueno. Había al menos cinco alumnos muy difíciles que, para ser un cuarto de Primaria, es bastante. Él entró nuevo ese curso y al conocer su historial me planteé que la adaptación a los nuevos compañeros podría ser complicado.
Pero todo cambió cuando lo vi por primera vez. Sus ojos hermosos, su sonrisa abierta y su humor inteligente que pillaba todo al vuelo fueron su carta de presentación. Pero lo que más destacaba en él era su gran corazón. Tenía un hermano de tres años y aún no hablaba. Pero él lo cuidaba y se preocupaba mucho más que un padre. Fueron muchas las tardes que con solo siete u ocho años se tuvo que preocupar por darle de comer porque a casa no venía nadie. Era el año 2003. Yo daba por entonces educación física y destacaba por sus cualidades atléticas. Salto de longitud: 3´50. Velocidad y resistencia también muy bien. Participó en las pruebas de atletismo escolar.
II
Ha habido movida esta noche en el botellódromo de Jerez. La prensa recoge que en una pelea las navajas salieron y un chico de 16 años ha sido asesinado. Tras las primeras pesquisas detienen a un chico de 18 años que tenía heridas en una mano y al parecer es el presunto asesino. Todo es muy confuso. Unos acusan al grupo con el que iba el chico muerto porque provocaron una discusión. Otros acusan al presunto asesino. La ciudad vive conmocionada. La gente se pregunta cómo puede haber lugares de diversión a los que se acude con navaja. Los comentarios en los periódicos se cuestionan la labor policial y la falta de seguridad. No hay un análisis crítico del papel educador que juega la familia ni, principalmente, el estado de idiotez que presenta una juventud que acude a espacios abiertos para emborracharse o consumir productos estupefacientes.
III
La fiesta del colegio la dedicamos a la lectura: LEO, LEO ¡QUÉ BIEN! Para no hacer una canción o un baile, se me ocurrió para la clase una parodia de lo que muchas veces  pasa en clase: la interrupción permanente para decir nada. Una clase es un mundo y cada uno asume su papel. Por eso en casi todas las clases los roles se repiten: el pelota, el golfo, el graciosillo, el cursi ... y así casi hasta veinte porque cada uno quiere destacar por algo. La historia va de un profesor que quiere contar un cuento pero termina medio loco porque lo interrumpen. La única palabra que él decía era NOOOO cuando el profesor les preguntaba que se estaba acordando de un cuento de un patito y si querían que lo contara.  
Lo mejor del cuento es el bolero de Ravel de fondo que va, como la vida, in crescendo. 


IV
Todo fue en un segundo. ¿Provocación? ¿Defensa propia? Lo que realmente importa es que hay dos vidas rotas. 
Cuando la vida es un cúmulo de fatalidades y el fin es trágico todo es lamentable. Para nada sirve el análisis. Para nada sirve la pena. Para nada sirve nada.