jueves, 27 de diciembre de 2007

FOMENTO de las magdalenas

Llorar como una magdalena. Llorar. Para llorar todo lo que concierne a Magdalena. Pocas veces en mi vida he oído declaraciones tan vomitivas como las de un tal Pizarro diciendo que la mala gestión de la ministra de fomento se denuncia porque es andaluza y que los catalanes no pueden permitir que una andaluza lleve el tren a Cataluña. ¡Qué pedazo de borrico!
La Magdalena no llora sino que se revuelve contra todo y contrataca como el imperio y nos amenaza con seguir paquenosaguantemos. Madre mía del amor hermoso, ¿cómo es posible tanta gilipollez? Una mala gestión se transforma en un ataque furibundo y de paso y repaso a los pobres catalanes que sufren y padecen les acusan de inapropiados.
Evidentamente la paridad provoca absurdeces de este calado. La mujer tiene el mismo derecho que el hombre. Pero que obligatoriamente pongamos a una mujer para cubrir el expediente y la paridad es una parida///d bastante grande.
Soy andaluz pero mi patria en mis zapatos. Soy hombre pero mi sexualidad sólo un poco más arriba. Soy persona y estaría encantado con que usáramos la mente y la inteligencia. Claro que, en ese caso, ¿quién nos gobernaría?

Leña al mono

Como una mosca pesada sobrevuela el profesor /a como culpable de los resultados del Informe Pisa. Si miramos hacia atrás sin ira vemos artículos de los años noventa que avisaban que la nueva ley de educación, LOGSE, iba a suponer un fiasco enorme porque se eliminaban los contenidos, había aprobado general, se lamentaba la red de centro por la que un chico /a de 11 años tenía que dejar su colegio e irse a un instituto a veces a dos kilómetros y con un horario demencial y un largo etcétera que aburriría a los estudiantes.
Por otro lado comparan a estudiantes del mundo, unios, sin comentar la idiosincracia de cada cual. Observo a los jóvenes de Andalucía que en más de un 50% están abandonando la ESO y pienso lo lejos que están los intereses de ellos con lo que se cuece en el aula y la poca conexión de terminar el bachillerato con un futuro profesional.
A nivel general vivimos en una comunidad que nos idiotiza continuamente. Desde una televisión de lerdos pensadaparalerdos a campañas de información delquebuenosomos manipulativas y tristes.
Pero analizar es frío y especialmente contraproducente y es más fácil coger al maestro /a y acusarle sin complejos de que todo va mal por tu culpa, pedazo de vago.
Y la realidad también puede ir por ahí, porque el nivel medio del magisterio tampoco es para levantar un altar. Debemos ser más serios y consecuentes: echamos a todo el profesorado o echamos a todos los alumnos. O echamos a todos los gobiernos.