domingo, 21 de septiembre de 2014

1984-2014. 30 AÑOS EN EDUCACIÓN.. OPINIONES DE UN CANTAMAÑANAS.

MI PRIMERA VEZ
Hace 30 años ya que comencé es este mundillo de educar y sentir, de intentar cada día empezarlo como si fuera el primero, de apartar todo lo que pueda perjudicar a los chavales. El alumno es lo primero y, treinta años después, casi lo único que me interesa.
Así de drástico y sin pelos en la lengua me dispongo a realizar una valoración de la educación de hoy porque el tiempo nos enseña lo que ha cambiado para bien y lo que no, e incluso mucho que no ha cambiado nada. Dispuesto a ser un cantamañanas quiero que los títeres pierdan la cabeza pero no de manera categórica, siempre desde la perspectiva del cantamañanas. Nadie tiene  la verdad absoluta. Las cosas no van  mal  solo por una parte. En eduación hay muchos palos y vamos a tocarlos todos. O casi, cantamañanas.
La diferencia más profunda es la educación en casa.

La escuela es cien por cien el reflejo de la sociedad y cambiaron los patrones familiares y cambió la escuela. Los niños se han ido convirtiendo en estos 30 años en auténticos tiranuelos que imponen su voluntad a base del si quiero, puedo. Los padres, demasiado preocupados por su trabajo o por divertirse o especialmente por la falta de responsabilidad le dan lo que piden con tal de no oírlos, valga la contradicción. Exportan la educación de los hijos a los pobres abuelos, a los colegios, a academias. Y el niño, que se las sabe todas, se aprovecha. En vez de seguir el sabio consejo de "cada tres que pida que se lleve una" le regalamos mil y una cosas como para lavar conciencias, que es la forma más sucia de hacer las cosas.  Los abuelos bastante hacen con lo que hacen, pero no están en edad de responsabilizarse de inculcar las normas a unos chiquitines que no tienen norma alguna. Es famosa la anécdota de "cuando yo hacía una gamberrada y el profesor me daba una torta, si yo iba a casa y lo contaba  mi padre me daba otra" al pendulazo de un niño superprotegido que se traumatiza si el profesor le habla alto y de momento están en el colegio los papaítos para decir que su hijo nació para ser feliz (literal).  Paradojas y contradicciones se dan muchas. Excesivas. Es un modelo de familia que no es un modelo precisamente. El niño hace su santa voluntad. Luego, en el cole, a ver quien es el guapo que lo motiva.
Lo que pasa es que educar es partir de lo que hay. Recuerdo a Cantinflas cuando lo nombraron profesor donde Cristo perdió la boina que dijo: "allá donde esté un niño, allí iré yo."  Los chavales no tienen culpa, no vale eso que tanto he oído "con estos niños". Tampoco vale echarle la culpa al sistema. "El sistema tiene la espalda muy ancha" Todas las culpas le caben. Es cierto que en el año 84 nuestra joven democracia era más inocente y que ha tendido irremisiblimente a la corrupción y a la demagogia, a mantener el poder. Esta demagogia ha dado alas a la familias al no distinguir que la educación nace en la casa. Conciliar la vida laboral es una cosa y que yo te eduque el hijo es otra. Servicios sociales, profesores, etc, no pueden y no deben librar a los papás de sus tareas. Tal vez sea esa la palabra. LIBRAR. No se puede tener un hijo para librarse de él. Las condiciones de trabajo han empeorado, cierto. Pero un hijo se educa en casa.
El segundo factor clave está en los que organizan que en estos 30 años no han organizado muy bien. Sigue sin haber una ley de educación y todos los bocetos que lanzan desde arriba terminan en lo más bajo. Precisamente por eso, por no empezar desde abajo. Por no preguntar a los cantamañanas como yo como se puede arreglar la educación. Que parte del temario no es lógica para un niño de siete años, por qué tenemos una educación tan dirigida a la universidad en lugar de a la vida. Parece que si no llegas a la universidad has fracasado cuando terminas finalmente fuera de la universidad, no hay un estudio de las necesidades de un país. Los políticos necesitan estadísticas o números maquillados. Estadística es la ciencia de torturar un número para que diga lo que tú quieras, dijo alguien alguna vez. Y dio en la tecla. Me acuerdo mucho de la carrera de canoas que se hizo en el Guadalquivir y ponía verde a la Junta de Andalucía, verde y blanca claro, y ahora en el vídeo son japoneses y chilenos, pero es lo mismo.

 El brazo ejecutor de la ley no es Torrente, la administración tiene de brazo ejecutor a altos cargos y un equipo de inspección. En estos treinta años he conocido a gente muy válida en las altas esferas. Gente preocupada, gente muy profesional. No todos son tecnócratas que se desayunan la normativa y van como el Chapolín Colorado a gasearte. Pero en el lado contrario, como además de bregar con mil cuestiones te toca un burrócrata, estás apañao. Tengo el honor de tener un amigo medieval que no firma sus obras pero que hizo este vídeo que ha dado la vuelta a España para expresar cuanta estupidez y burocracia hay en una educación que fracasa por desconocer la realidad y se excede en el papeleo para mantener a tanto inepto. Joé con el cantamañanas, se está pasando ya.

Familia, alumnado, administración. Aún falta una pata. No han variado mucho estos treinta años los profesores que he ido conociendo. En todos los claustros hay un número muy alto de personas que se comprometen, que trabajan, que buscan. Es cierto que buscamos demasiado en los libros como un elemento principal cuando tendría que ser un apoyo. También es cierto que en todos los colegios hay alguno que tiene más cara que espalda que se hace el malito frecuentemente o que es una carga. Y lo peor muchas veces es que la mayor carga se coloca al frente y se presenta a Director. Eso es lo peor que he conocido, que el más flojo se presente a la dirección para no dar ni golpe y sea el que haga y deshaga. En general es un mal que se pongan de ejemplo los que tienen el don de la palabra y te expliquen a ti como hay que hacer las cosas que ellos nunca hacen, los del consejo vendo y para mi no tengo, los de la ley del embudo de pá mi lo ancho y pá ti lo agudo. De esos he tenido que sufrir unos cuantos. Los que no perdonan dos horas de ausencia y se van a Nueva York con una baja. Los que malgastan y roban el dinero público. Y como todo en la vida es pura imitación, si el de arriba es un canalla los de abajo tienen más excusas para hacer menos. Afortunadamente en los tres últimos años se ha dignificado bastante el cargo, al menos lo que he visto.
Decía León Felipe aquello de "yo no sé muchas cosas es verdad, digo tan solo lo que he visto". Pues eso mismo le pasa a este cantamañanas.
En el tintero se me habrán quedado algunas ideas. Pero te las contaré dentro de otros treinta años, que si no esto puede ser la guerra. La guerra de los treinta años.