martes, 9 de julio de 2013

¡¡¡CUIDADO, LA ABUELITA PAZ!!!

Hay ciudades en España donde cae la lotería todos los años. Son las ciudades que tienen universidad y los estudiantes se ven obligados a alojarse, obligados a estar. Con la reforma universitaria del ministro Berggg, tendría que haberggg una reforma de las viejecitas caseras. ¡Beeeerrrgg!
Si caminas por Salamanca, Granada o Sevilla, es fácil que te encuentres con dulces abuelitas incapacitadas pegando carteles con fixo por las farolas y mobiliario urbano en general. Hasta sientes pena viéndolas tan mayores pegando sus cartelitos escritos a mano uno a uno con muchas faltas de ortografía. Con el tiempo esta pena se vuelve asco porque tienen mucho dinero para ahorrar y ninguno para gastar, ni tres céntimos en una fotocopia.
La abuelita paz sabe que los estudiantes son enemigos naturales y aunque le estén dando 800 euros al mes no hay que dejar nada en el piso que valga la pena. A pesar de ello, cuando termina el año dice que han dejado el piso "horroroso" y  que se quedan con la fianza.
Como HACIENDA SOMOS TODOS, no estaría de más que la agencia estatal controlara los teléfonos que aparecen en los cartelitos, los contratos falsos que no pagan iva ni meten en cuenta corriente para no pagar hacienda, ni muchos otros delitos fiscales y morales.
Ojo con las abuelitas. Son peligrosas. Parecen pobrecitas pero pobrecito de ti si caes en su sartén. Para colmo, en un estado tercer mundista como algunas veces es el nuestro, a través de amistades se plantan con la policía (pagar un notario sería un gasto) a amedrentar  a los inquilinos. Nunca me gustó la abuelita Paz.