lunes, 12 de marzo de 2012

ERE EN EL BLOG II. EXPEDIENTE DE REGULACIÓN DE ENTRADAS Y CON LA IGLESIA HEMOS TOPAO.

Hace ya casi un lustro que empecé a contar mis cuitas y otras vivencias y a veces se me agolpan y no me deja reflexioná. Hijo mío, es que hay tanto que contá....
Pero mirando hacia atrás con ira me doy cuenta que hay entradas antiguas pero no anticuadas que son de rabiosa actualidad, por ahí va lo de la ira.
Una de la entripaeras más grandes que llevo en mi es el cuento que la santa madre iglesia nos marca cual vaca desde ternerito o desde tiernecitos.
Al igual que nos acostumbramos a los sabores nos acostumbramos a ver demonios, infiernos, cielos, ángeles, adanes, caines, parábolas, enigmas, crucigramas, sopas de letra y otras cosas que pensamos que son entretenimientos pero que al final constituyen un galimatías tan perverso como perjudicial. La santa madre iglesia o la hoguera dictaminan de forma inequívoca pero equivocada nuestra vida. Los actos de fe, la guerra de religiones, los esquemas mentales que nos marcan al rojo vivo cual ternerito no dejan de ser un maldad que se apoya en un dios que, de existir, seguro que está descojonao de la risa.
Porque ese dios, de existir, tiene que ser bondadoso, divertido, genial. Y no un mísero soberbio que quiere alabanzas continuas ni oros fatuos. El Dios que ellos me pintan para asustarme y manipularme y manejarme y que me haga caquita es ridículo. Nadie, por tonto que sea, iba a crear una historia así y luego desde la más absurda de las contradicciones reconocer que se ha equivocao y manda a su hijo pá crucificarlo. Esta es la historia de un fumao o de una mala traducción. Y de ahí aquella famosa y querida entrada llamada EL CAMELO, EL CAMELLO Y EL KAMELO.