viernes, 20 de mayo de 2011

REFLEXIONES PUNTUALES DEL GALLO QUIRICO Y LA RATITA PRESUMIDA ANTES DE EMITIR EL VOTO O PICAR LA CACA EN UN 22 DE MAYO DE UN AÑO CUALQUIERA.

¿Quieres que te cuente el cuento de la democracia?
Pues estaba yo barriendo la puerta de mi casa porque los servicios de limpieza del ayuntamiento están horrorosos y me encontré una papeleta de voto. ¡Qué ilusión! Vota al PP me explicaba dentro porque si me votas tendrás María para muchos días, cambiaremos las cosas y convertiremos lo negro en blanco sin problema alguno.
Defendía el cambio porque el cambio era ella.
Me fui entonces a leer lo que decía la persona que continuaba y también prometía hacer muchas cosas. Y partidos pequeños que prometían mucho también. Todos me recordaban a la novia del Macario que decía aquello de "prometen, prometen hasta que meten" Cansado de cuento y de rata y de gente presumida me puse a ver videos en youtube y me encontré de morros con este cuento.
Por si no lo conoces este es el cuento del gallo Quirico narrado por Joaquin Díaz.

A mi me pasa como a Quirico o Maroto que dice Carlos en la murga. ¿Voto o no voto? Porque si voto me mancho el pico y si no voto ... voy a perjudicar a la democracia.
Los politicos nos han enseñado que el valor de un voto no es escaso, es peor. Porque con los votos obtenidos hacen ellos el puchero que más les conviene. Unas veces por coraje, otras por poder y otras por intereses de partido.
Me acordé entonces del cuento de Teresa y el Oso cuando exclamó la bruja:
- No puedo soportar este atropello. Yo no sirvo para bruja.
Con tantos cuentos y recuentos me dije lo que se dijo una vez León Felipe "me sé todos los cuentos, no me contéis más cuentos"

Estoy absolutamente de acuerdo con los indignados cuando dicen que solo os acordáis de nosotros cuando las elecciones. Después lo que importa es el poder, ólvidáis todo lo que habéis dicho, pactáis con quien os interesa y esto se acabó, no preguntas más que esto se acaba.
No hay ni una solo propuesta de personas independientes que quieran encarar soluciones reales para la ciudad. Pero no porque no pensemos. No porque no tengamos ideas para hacer cosas ni buena voluntad, tan solo porque el sistema se ampara en el poder y ciudadanos anónimos terminarían asfixiados en dos semanas.