lunes, 15 de agosto de 2011

EPISTOLA Y BLASTORAL ANACRÓNICA PERO SIN CRÓNICA DE BARRIO SÉSAMO PARA ATRAER A LA JUVENTUD, DIVINO TESORO.

Amadísimos hermanos en Cristo.
En estos días nuestro Santo Padre, que vive en Roma, vendrá a Madrid, Madrid, Madrid y recorrerá con todos nosotros y miles de jóvenes las calles y avenidas. Orará con nosotros, vivirá su fe en Cristo con nosotros.
Hoy quiero que mi homilia sea sentida. Yo vivo por ella nada más. Y mi sentimiento es como el del pollo con almendra con salsa agridulce.
Es dulce porque viniendo para la iglesia me he encontrado con jóvenes por todos lados y para mi ver jóvenes me produce un cosquilleo interior muy grande. Jóvenes de Bolivia me he encontrado en el metro con gesto cansado y miradas huidizas. Es normal, han sido muchos kilometros para encontrarse con Cristo, para vivir su fe en Cristo, para renacer en Madrid en Cristo.
Pero es agria también como la leche de burra amamantada con almendra verde porque teólogos libertinos y críticos inoportunos enturbian con sus execrables opiniones este momento de paz y amor. El materialismo inadecuado mide el precio de un viaje o lo que cuesta este reencuentro con Cristo. ¿Qué puede valer más que la vida eterna? Jesús dio su vida por todos nosotros y ahora ¿vamos a preocuparnos por unos euros?
El ser humano es inmisericorde en su conscupicencia frenética. Hablan de que en un estado laico la fe no tiene sitio. ¡Pero si la fe no ocupa lugar!.
La misión no es la emisión de fluidos no la mición inadecuada. El carácter divertido de esta fiesta de carácter diurético y episcopal tiene su más amplio sentido en nuestro pastor alemán que cuida por nosotros y ora por nosotros.
Nuestra iglesia que levanta templos y mueve montañas o hace arder libros innecesarios también es capaz de defenderse ante el impío que no es capaz de decir ni pío.

Acordaros de aquella hermosa parábola del que tenía una deuda de doscientos monedas y se la perdonaron y cuando vio pasar a uno que le debía una moneda se tiró a su cuello. Así se portan hoy con la iglesia de Cristo. Hoy también me he acordado, escuchando por la radio a agnósticos tendenciosos, de aquella otra parábola del que va a la viña a cobrar y el señor lo manda a por uvas. Si tú ya sabías lo que ibas a cobrar ¿por qué te interesa lo que me vayan a dar a mi?
La palabra de dios es muy sabia y hay muchos ejemplos de palabras de dios para cada uno de los casos que os asalten por la calle con dudas y malformaciones retóricas. Por eso debéis conocer, hijos mios, la palabra de dios.
La justicia divina recorrerá con aire majestuoso las plazas de Madrid y el calor supremo de los veranos de la villa harán el resto.
Vivamos con intensidad estas jornadas.