martes, 30 de noviembre de 2010

PARALELISMOS

PARA, PARA, PARA. Canta Fito.
Para, para, paralelismos. Canto yo.
Y no es lo mismo.
Paralelismo por el furor ante un partido de fútbol que me recuerda en todo a la pasión que en Marruecos despierta el Madrid y el Barça. En Marruecos lo entiendo más porque es un país que vive sentado, pero en España toda la prensa lleva 3 ó 4 días sacando en primera página lo que no es más que un partido de liga. Y eso me inquieta un poco. Ya en este país todo el mundo es blanco o culé, lo demás no interesa. Yo, que soy de los pocos que queda diferente o indiferente, me fui a la cama. Y es que soy colchonero. ¿Cómo quieres que tenga la cara blanca?
Mi equipo no levanta pasiones. Está acostumbrado a perder en lo fácil y ganar en lo difícil. Lo que pasa es que últimamente nada nos parece difícil... y por eso no ganamos nunca.
Paralelismo con los partidos de antaño: los bares llenos y las calles vacías. Aquellos escaparates que congregaban a todos los que no tenían televisión, son los bares de todos los que no tienen televisión de pago. Y eso que todos los partidos de interés general iban a estar en abierto ¿en abierto? Otra vez una estafa de los grupos de poder. Ver que respetables señores abandonan su hogar un 29 de noviembre a las 8 de la noche para coger sitio en un bar cualquiera es una estampa que a cualquiera le rompería el corazón, o no.
Como tercer paralelismo de estos días está la filtración de los diplomáticos o los diplodocus, no los distingo yo bien todavía y la chirigota del Selu "Los que no se enteran"

Imaginarme a los diplodocus, ¿o diplomáticos? terminando la reunión y salir corriendo al ordenador aguantándose el pipi a hacer su informe me provoca hilaridad, jeje. Y de diplomáticos, o diplodocus, a cotillas de pacotillas solo hay un paso: "El SR. Zapatero es un idealista convencido y un izquierdista trasnochado. Cuando sacó la cartera (Un poquillo de imaginación) pude ver una foto de Fidel. También aprecié que tenía en su casa un vinilo de Jose Antonio Labordeta y un cassette de Paco Ibáñez" Por ejemplo.
En las elecciones catalanas se da el paralelismo de la España del XIX, donde los liberales daban paso a los conservadores, pero no por lo que valían sino por el hastío que provocaba en la población unos políticos que entonces eran considerados sinvergüenza. Y ahora también, aunque son otros. Y es que nunca se ha prestado a gobernar el que puede, sino el Berlusconi o el Chávez o el mamarracho de turno o el mamachicho me toca. El más corrupto.
En fin. Paralelismo de un pesimista agorero que conozco muy bien que lleva años pensando que este mundo está muy mal. Me niego a caer en eso. Así que le den por ahí al Madrid, al Barça, a los diplodocus y politiquillos locales, nacionales o mundiales. Me voy. Que lástima, pero adiós.