jueves, 19 de diciembre de 2013

19 DE DICIEMBRE, FUM, FUM, FUM. EL ESTADO DEL MALESTAR.

Dos años. Solo dos años y el poder, LA AUTORIDAD, ha conseguido que el estado del malestar se haya instalado definitivamente entre nosotros con el nombre de AUSTERIDAD.
Hace dos años ya lo preveía y lo llamé LA METAMORFOSIS DE LA AUSTERIDAD.
No hace ni una semana comentaba esto con un monitor que hizo su carrera de magisterio y que se gana la vida con trabajos que no pagan ni la gasolina: una hora en un aula matinal, dos en comedor y dos en clases particulares. El día de aquí para allá por 500 euros. Ni pensar en formalizar una relación o comprarse una casa, el estado de precariedad es total.
- Y me decía mi abuelo: te veo Aurelio y me veo a mi hace cuarenta años.
En solo dos años el capital nos ha ganado una batalla y hemos retrocedido 40. Despido barato, contratación por minutos, muchos sueños rotos. Y vamos dando pasitos pá trás, que cantaban los borrachos cuando se aprobó la ley Corcuera.
No soy de añorar el pasado ¡pero qué difícil es situarse hoy! Y el mañana ya no parece de nadie, Don Antonio. Muchos chavales han tenido que dejar el país, alguien no está calculando el valor de esta pérdida.
Y visos de mejora no hay, hay "a-visos" de que habrá más mano dura, de que la legislación se va a poner más dura para los que protesten, que hay palizas de la policía que pueden terminar con uno, que la justicia está menos al alcance de todos desde que hay que poner dinero de por medio, que los políticos huelen al brazo corrupto de santa Teresa, que se están perdiendo derechos adquiridos durante muchos años, que el trabajo vuelve a ser una plaza de pueblo donde viene un señorito que señala con el dedo a los que van a tener el hermoso placer de trabajar de sol a sol por treinta o cuarenta euros.
Fum, fum, fum. Cada mañana mojas la galleta en la leche con una noticia que te da asco por la codicia de los que manejan el cotarro. ¡Y le estoy cogiendo un asco a las galletas!

¿FUE VERDAD?

Este fin de semana, mientras paseaba por las calles de Sevilla, tuve una extraña visión.
No creo mucho en santos pero este año me encomendé a San Isidoro. Cuando peor lo estaba pasando, abrumado por las deudas y perseguido por acreedores, se me acercó San Isidoro y me dijo:
- Confía en mi. Yo te sacaré de tus dudas. 
Yo entendí dudas, en el terreno místico. Pero resulta que eran deudas. Y me sacó de ellas. Desde entonces creo en un santo:
SAN ISIDORO.
Y este fin de semana se obró el milagro. Esta es la foto que hice de ese momento. Increíble.