viernes, 17 de septiembre de 2010

YO SOY YO. PERO PUEDO SER OTRO

Yo no voy al doctor para que me reconozca y me diga aquello de "ahora no caígo"
Pero en la visión de nosotros mismos tengo un poliedro y en cada trocito me veo diferente. Ora me veo enfadado, ora me veo cachondo, ora por nosotros santa madre de Dios. Igual hay transformismo

Igual hay hermandad


O incluso soledad, porque estoy solo en la foto

Ser distinto, sentirse diferente no es mi obsesión. Pero yo no soy yo, evidentemente.

De médicos semejantes.

Hace casi un año que me dijo un doctor que la enfermedad de mi padre era de escaso recorrido porque tenía los días contados.
Han pasado más de 300 y, en fin, si la noticia es buena no hay de qué quejarse.
Porque en el lado contrario te encuentras a los que te dicen "está usted estupendamente" y a los dos días bye bye.
Sin embargo yo tengo un malestar general que no me quita la aspirina. Si este galeno no hubiera sido tan llamemosle honesto, muchas cosas serían diferente.
Cada vez que me acuerdo me vienen a la boca cual hiel amarga este romance satírico.

Es cierto que fue el mismo D. Francisco el que nos dijo "pues amarga la verdad, quiero echarla de la boca"
Pero galenos, cuando no sea verdad tampoco hace falta escupirla cual flema de primavera. Que no todos somos británicos.