martes, 12 de julio de 2022

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA. LA DESILUSIÓN

 El caballo cuatralbo que con Alberti nos invitaba a galopar, tiene una pata quebrada y ni galopa ni trota. Su empeño de enterrarlos en el mar se alarga. La voz del faraón no se oye entre balas y cañonazos que amenazan la paz internacional.


El día D y la hora H que con ilusión nos planteaba Labordeta para que llegara la libertad al levantar la vista. Las penas siguen siendo de cada cual y como cada vez hay más pena, cada vez la humanidad se vuelve más triste.


Un problema en sentido real y figurado es el hermoso poema A CÁNTAROS de Pablo Guerrero porque la lluvia y el agua no llegan, regiones y países sufren sequías reales y no figuradas y el cambio climático asoma con dureza. Regadíos, calor extremo, desertización, etc, etc, ofrecen un panorama desalentador.


Aquel país imaginario que nos cantó Aute donde  vuelan las alas del agua como palomas de escarcha y el mar no es azul sino vuelo de tu imaginación, está cada día más lejos o más difícil de encontrar.


Y el unicornio de Silvio sigue sin aparecer pero lo peor es que hace mucho tiempo que no da señales de vida y hasta el mismo Silvio ha dejado de publicar Se busca. Se recompensará.


Las canciones que nos daban ánimos para seguir luchando, animándonos, viviendo, se oyen cada vez peor. 

Y ahora la que suena mejor es LA DESILUSIÓN




CHANSON POUR L´AUVERGNAT. EL MEJOR REGALO

 En tiempos materiales, de pandemias y guerras, de inflación y desilusiones, es hermoso que te regalen una canción recreada especialmente para ti. 

En tiempos grises, recibir un rayo de luz y optimismo es importante. Además, la letra de la canción dice exactamente eso. Gracias Isidoro por la amistad, por el tiempo y por el tiempo de la amistad y la amistad en el tiempo. 


La traducción es de Jesús Álvarez.
Canción para el Auvernés

Esta canción es para ti.
Para ti, Auvernés (1), que sin remilgos
me diste un poco de leña
cuando tuve frío,
para ti que me diste fuego cuando
las paletas y los paletos
toda la gente bien intencionada
me cerró la puerta en las narices.
No era más que un poco de fuego de leña
pero eso calentó mi cuerpo
y en mi alma arde aún
como un inmenso fuego de artificio.

Tú, Auvernés, cuando mueras,
cuando el enterrador te lleve,
que te conduzca a través del cielo (2)
hasta el Padre Eterno.

Esta canción es para ti
para ti, anfitriona, que sin ceremonias
me diste cuatro pedazos de pan
cuando tuve hambre,
para ti que abriste tu panera cuando
las paletas y los paletos
toda la gente bien intencionada
se divertían viéndome ayunar.
No fue más que un poco de pan
pero bastó para calentar mi cuerpo
y en mi alma arde aún
como un gran festín.

Tú, la anfitriona, cuando mueras
cuando el enterrador te lleve
que te conduzca a través del cielo
hasta el Padre Eterno.

Esta canción es para ti
para ti, desconocido, que sin ceremonias
con un sonrisa triste me sonreiste
cuando los gendarmens me detuvieron.
Para ti que no aplaudiste cuando
las paletas y lo paletos
toda la gente bien intencionada
reían al ver como me llevaban.

No fue más que un poco de miel
pero calentó mi cuerpo
y en mi alma brilla aún
como un gran sol.

Tú, extranjero, cuando mueras,
cuando el enterrador te lleve,
que te conduzca a través del cielo
hasta el Padre Eterno.

(1) Auvernés: Natural de Auvernia (Auvergne), región del centro de Francia. Se refiere a Marcel Planche, esposo de Jeanne Le Bonniec dueños del número 7 del Impasse Florimont donde Brassens vivió desde 1944 hasta 1966. Ver la canción “Jeanne” en el disco 7.

(2) "À travers ciel": construida sobre el modelo de la expresión "À travers champs": "Sin tomar los caminos, fuera del sendero.