miércoles, 21 de septiembre de 2016

CUARTETO QUIMBAO. MARTIN RAGÓ, EL TURCO. CASUALIDADES

Es curiosa la vida. Conocí a Martín de casualidad hace un año, en un viaje Granada - Jerez. Él venía para unas actuaciones con unos bailarines de tango y en el camino estuvimos hablando de mil cosas. Me quedé con su nombre porque un par de meses antes también había actuado por Jerez. Y también lo vi de casualidad.
De pura casualidad estaba visitando una de esas redes sociales y me lo encontré, montando y ensayando en la plaza que hay debajo de mi casa. Esto si que es grande, me dije. Por casualidad en julio escuché una entrevista donde presentaba un nuevo proyecto: boleros cubanos con un cuarteto con músicas y letras de antiguos trovadores de la vieja trova.
Todo este cúmulo de casualidades para encontrarme en una de las mejores noches del mes. Martín cantaba y algunas veces se acompañaba de maracas o guitarra, pero los músicos eran tres estupendos músicos que tocaban muy bien. Miguel Ángel la guitarra, Enrique en la percusión y Fernando en flauta y más voces. Comenzaron con COMO ARRULLO DE PALMA
Esto empieza bien, me dije. Y así fueron interpretando canciones maravillosas que me hacían pensar lo que desconocemos de tantas cosas, de la música cubana por ejemplo. De sus autores.
No recuerdo cuando cantaron AMOROSA GUAJIRA pero si sé que el público se fue entregando y que el cuarteto lo estaba pasando bien viendo el resultado de su trabajo.
Y viendo tan buen trabajo y tan escaso conocimiento, me animé a grabar un vídeo maldiciendo las actuaciones gratuitas donde la falta de educación hace que siempre haya gente que hable, se levante, se vaya, se desaparezca. Y más en una canción tan bonita como FRUTAS DEL CANEY.
Cuando terminaron me fui dos minutos a hablar con Martin y con su trato exquisito me dijo que sí, que se acordaba de mi, que este proyecto les estaba gustando mucho y que el 25 de noviembre tocarían en Granada. Y que esa misma noche volvían a Granada, lo cual no deja de ser una muestra más de lo dura que es la vida de los músicos en el siglo XXI