martes, 16 de octubre de 2007

Sinsentidos consentidos

La estupidez. ¡Qué grande es la estupidez!
Es frágil el ser humano porque las estupideces perviven a los tiempos. Muchas mentiras podridas. Muchas situaciones lamentables. Muchos esquemas mentales aborrecibles están incrustados en lo cotidiano.
Y no podemos deshacernos.
Contrasentidos de riqueza y pobreza.
De bien y mal.
De poder y de perder.
¡PERO QUE ESTOY DICIENDO!¡LECHUGUINO!
Todo esto ya lo escribió el Aute y mucho mejor.
Ahora mismo la transcribo

El terror que producen las uñas
cuando se clavan en el aire,
algo así como la pupila
ametrallada por la primera luz,
después del sueño
Como las palabras,
en su doble trampa
de muro y espejo,
como la heroíca
decisión de seguir
esperando no se sabe qué.
Cierto que la estupidez,
que posee una peligrosa capacidad
para tomarse a sí mismo en serio,
dulcemente asesina