viernes, 25 de noviembre de 2011

LA PRIMERA VEZ

Ya no me acuerdo de la primera vez. No sé si es que  han pasado muchos años o es que sus golpes me han ablandado el cerebro.
No comprendo tampoco como he llegado a esta situación. Nadie te da un golpe y ya.
Siempre hay un principio. Pero ya no me acuerdo.
Mi nombre es Sandra y estoy casada con un animal al que no soporto. ¡Y pensar que en el instituto me peleaba por él!
Tal vez fue ése mi primer error. Ser su felpudo, la chica que estaba loca por él y capaz de hacer todo por él.
Permití sus chulerias, sus desplantes, sus exigencias.
Me hice a su imagen y semejanza. Me ponía la ropa que él me decía que le gustaba. Salía con los amigos que el quería que saliéramos.
Y cuando algo no le gustaba, se acostumbró a gritarme. Yo seguía enamorada de él y tenía miedo a perderlo. Además ya no me quedaban casi amigas.
Un día que me compré un pantalón se enfadó mucho. No estábamos pasando un buen momento económico y él me levantó la mano.
Después vinieron otras. Ya no le gustaba casi nada de mi y me acusaba frecuentemente de haberlo embaucado, que no era feliz, que no aguantaba a mi familia. Y me seguía gritando. Algunos días llegaba un poco más allá y me daba guantazos.
Un par de veces estuve a punto de ir a la policía. ¿Pero a dónde iría? Mi familia no tenía sitio para mi en su casa. Nos fuimos distanciando pero él no soportaba verme sonreír. Si algún día me veía más animado de lo que para él era normal venía a aguarme la fiesta.
Sus celos eran tan habituales como innecesarios. Menuda facha tengo yo para gustar a un hombre. Pero si alguno me  miraba enseguida me preguntaba que de qué lo conocía yo.
La convivencia se me hacía insufrible. Los vecinos me miraban con compasión y la trabajadora social me animó a denunciarlo.
Hoy, 25 de noviembre, he oído que lo peor no son las 60 mujeres que mueren cada año. Lo peor es todo el proceso que han seguido hasta morir y las otras 400.000 que, aunque no mueren, sufren maltrato.
Hoy, por fin, me atrevo a decirlo.
Y mañana me iré a empezar una nueva vida.