martes, 4 de agosto de 2009

CAMBIO DE IMAGEN

"EN LA GASTRONOMÍA ENCONTRÓ SU IDEAL".
LA METAMORFOSIS. CARLOS CANO.


En estos días he vuelto a ver a varias personas que hacía algún tiempo que no veía.
Mirando hacia atrás sin ira puedo decir aquello de "cualquier tiempo pasado fue... más fino" Amigos y familiares de mi generación parecen que han descubierto la gastronomía.

Evidentemente no quieren ser la generación perdida por aquello de no pasar desapercibidos y quieren tener su peso específico en este mundo. Qué maldad.
Yo los contemplo redondos y orondos y aprecio la huella que la generación americana de casa-tele-sofá-palomitas está marcando.
En las gráficas no aparecerá como una línea estrecha, sino más bien como una curva redonda y oronda de felicidad.
Me temo que no. Curva de tedio, del tendido 4 a 5, del confort y reconfort en alcanfort, del aburguesamiento gris y triste de las tardes de domingo que inundan los días, semanas y meses.
Hemos bajado un escalón: ese que va del cerebro a la boca. Antes la felicidad nos entraba por el primero y lo demostrábamos con la segunda. Ahora la felicidad entra por la boca y baja al estómago.
¿Y el cerebro? .... ¿Éso que es?

NACER Y MORIR

No hace más de tres días celebraba la vida y ayer estaba de funeral. Así es la vida porque nacer es morir un poco, como dice el bicho.
Y es que dichos sobre la muerte muchos y todos tienen razón. En el fondo, nada vale porque todo es simple. La muerte no es el final. Todos los recuerdos de una persona quedan para siempre.
Hoy he escuchado al cura decir en su recuerdo muchas cosas de le vida eterna y de lo bueno que son los intermediarios.
No me quiero poner borde un día como hoy pero en principio niego la mayor. La vida eterna y el más allá están por demostrar.
Tampoco creo que el mejor intermediario sea aquel que se proclame intermediario modificando lecturas y santas escrituras.
Para más información, hay entradas que vienen a decir lo mismo en otro tono.