viernes, 10 de agosto de 2012

ENSAYO DE IAN GUAHSON SOBRE LA BUENA MÚSICA

Lo que hacen estos boys es buena música y lo demás son tonteríos. Los ingleses como yo amamos mucho a Adele y Adele es la mejor cantante que conozco. Escuchar esta versión o cover te transporta a lo más allá.

LECCIÓN MAGISTRAL DE ANA LÍTICA SINTE SOBRE LA NECESIDAD, SI, NECEDAD, DE LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE

Hay una corriente de opinión impetuosa para llamar a las cosas por su nombre. ¿Por qué? yo me pregunto. El lenguaje es rico y variado como la fruta del mercado y no tenemos que comer siempre plátano. Cuando yo estaba en la universidad de Dijon como alumna excelente siempre nos ponían plátano en la merienda y de ahí mi calvario convertido en estreñimiento feroz. 
El lenguaje es amplio y un buen uso de él puede ayudarnos a esconder las aviesas intenciones de quien lo usa. Yo a mis conferencias les pongo nombres complejos que faciliten tener participantes. Próximamente daré una conferencia que llevará por nombre "La logística intencionada en los procesos madurativos de la economía moderna" Estoy convencida que vendrán todos los jefes de hacienda y directores de banco de Villarrobledo. Si la conferencia se llamara "Como robar hoy" no vendría nadie. 
En el vídeo que te muestro vienen más ejemplos reales de lo que estoy proponiendo aunque tan vez tamizado con cierta ironía que no logro a entender. Espero que lo entiendas tú y si estás de acuerdo conmigo me harás feliz. 



HUMOR Y REALIDAD: ¿QUIÉN TIENE UNA NAVAJA?

Ayer Bankia subió y subió. Hoy, cuando se han enterado que los clientes tendrán que afrontar las pérdidas, bajó y bajó.

Una vez en el ejército el capitán preguntó a los soldados:
-¿ Alguien tiene una navaja?
Y como en el ejército,  voluntario ni a mear, solo uno salió.
- Muy bien, por ir bien preparado un mes de permiso.
Al día siguiente el capitán volvió a hacer la misma pregunta y más de cincuenta dieron un paso al frente.
- ¡A COCINA!
Los especuladores son los buitres de la felicidad ajena.


QUE YO NO ME PAREZCO A MI, NI A MI NI A NADIE.

Se me ha pegado al oído, como si la hubiera aprendido en viernes que dice mi madre, la última canción del Sanz. Algo así de no me compares compadre.
Yendo un poco más allá del terreno de los amantes, la complejidad de las relaciones personales nos lleva en muchos casos  a simplificar de manera impecable a todo bicho viviente. De un primer vistazo colocamos una etiqueta y ya nos relajamos porque "sabemos como es". No hay nada que más nos preocupe que alguien nos diga lo contrario sobre lo que nosotros pensamos de una persona. En la sociedad del siglo XXI tendemos a uniformar a la persona. Nuestra cultura global e "igualitaria" tiene ese objetivo. Valorar la INDIVIDUALIDAD de la persona es algo que no nos podemos permitir.
"¿Cómo es fulanito? Ese te lo defino yo en dos palabras; tonto y engreído" O "es una chica muy responsable"
Y sin embargo ya nos decían los sabios que cada persona es un mundo. Tenemos mil formas de actuar según nos coja el día, la persona que nos pide algo, por donde sople el levante o lo harto que estemos de las veces que nos lo han pedido. Es curioso cuando dos mentes sencillitas sencillitas se ponen a hablar sobre alguien y esperan coincidir.
He estado estos días trabajando la poesía de José Agustín Goytisolo en casi todos los temas hay un denominador común del rechazo que al poeta le producen estas situaciones, del rechazo de una sociedad que te clasifica por lo que vales materialmente, del rechazo a los estereotipos continuos de "tú eres bueno porque eres lobito, tú eres mala porque eres una bruja" Pobre del que lleve un parche en el ojo porque como pirata será tratado. Y, por contra, cuántos ladrones de guante blanco se han hecho de oro en una sociedad donde la apariencia está por encima de todo. Recuerdo una vez que terminé mi clase de educación física y antes de que cerrara el Santander fui a pedir un préstamo ¡¡en chándal!! El estúpido aquel ni me atendió dos minutos.
Pero nadie, nunca nadie me dijo QUIÉN-SOY-YO, recita como nadie José Antonio Labordeta el poema de Miguel RETROSPECTIVO EXISTENTE. 
- ¿Qué quién soy yo? UN CHUFLA, joé, no lo estás viendo.
- Vamos, que lo que he escrito no sirve para nada.
- Ahí tienes razón. Como tú mismo.