miércoles, 4 de julio de 2012

LECCIÓN MAGISTRAL DE ANA LÍTICA SINTE SOBRE EL ERROR, EL ENGAÑO Y EL GASAPO

 No sé si he sido víctima de una broma cruel o no con los montajes que expuse en mis dos últimas conferencias en el Círculo Vicioso de Empresarios, pero me da igual. Porque yo hago lo que creo que tengo que hacer. Algunas veces me siento un tanto perseguida por mi forma recta de ser pero soy una línea entre dos puntos. Si hay otras líneas divergentes no es mi culpa, también hay perpendiculares y cuestiones para lelas. Me ha llamado una compañera de paseo y me ha dicho que se han reído de mi, no conmigo. Que mi montaje no era sobre conductas, que era sobre esos gases que destila el cuerpo un tanto olorosas. La verdad es que fui muy confiada y como tenía el ordenador sin ese programa no los pude visualizar correctamente.
Pero la cabeza alta y la mirada altiva, sin complejos. No ha sido un error, eso nunca. De todo se aprende y de todo se puede sacar conclusiones. Y si los empresarios se rieron pues miel sobre hojuelas, que la miel es muy buena para todo. Precisamente de gasapos, esos conejos con piel de rana, he recibido otro montaje que tampoco he podido ver. Pongo el parche antes de la herida.


EL ENTENDÍO: CRÓNICA DE ENSAYO Y ERRÓ DEL PAPEL RECICLADO QUE NOS TIENE LA VIDA PREPARADO PÁ CUANDO SEMOS VIEJOS.

Estoy regulá entoavía de la pechá de bicho de mar que me di y cuando uno está de mal talante tó es una discursión. Y eso que yo sé que los demás der pueblo tampoco están mú allá. En er fin de semana llegaron los hijos, se comieron media despensa, le dejaron los nietos y si te he visto no macuerdo.
Cuando yo era joven cantaba aquella de si te toca te joés que te tienes que í, porque si te tocaba la mili en la marina, adiós hermoso.
La Segi y un servidó no hemos tenío descendencia y aunque ella argunas veces suspira cuando ve un mozo pequeñín, yo suspiro más fuerte y con alegría cuando veo los regalitos con que se quedan los abuelos en er pueblo.
Porque los abuelillos que hemos pasao la juventud en los años cincuenta y sesenta hemos críao  a nuestros hijos o a nuestros sobrinos a cuerpo de rey pá que no les farte de ná. Parece que como nosotros pasamos tantos nuestro primer empeño es que ellos tengan de tó. Y así no pué ser. Yo veo a los abuelos auténticos esclavos de sus hijos. Y eso no es lo más peó. El remate der tomate son los nietos, niños caprichosos que no saben jugar a nada y que hay que está acompañando desde que se levantan pá que no les pase ná.
- Imagínate que se cae y le pasa argo. ¡Qué disgusto!
Y allí lo tienen en la peña comprándole chucherías toá la mañana y refrescos y aluego dicen que no les gusta la comida. ¿Cómo les va a gustá si no tienen hambre joé? Y toíta la mañana mirando esas televisiones pequeñitas matando marcianos. Que si la psp que si la nintendo. 
Nintendo ni quiero, como dice er Casiano. Justo cuando se merecen un descanso tienen que distraé a unos tiranuelos que los vuerven locos. 
Y lo peó es cuando vienen a los quince días los padres y le dicen "es que los marcría, no han comido verduras y hacen lo que quieren. Te dije que tenían que hacé una hora de tarea"
Amos, pá darle con er cuaderno de vacaciones en los morros a tu hijo o a la nuera. ¡¡¡No tiene ná la nuera der Jesús!!! Qué fina eres, Catalina. No aguantas dos minutos a los monstruos que has críao pero te permites dá consejos y órdenes. 
Lo que hacéis por los hijos pá que os den dos patás en er culo en cuanto os vean que flojeáis de remo o de cabeza.

ME SÉ TODOS LOS CUENTOS, PERO LOS UTILIZO COMO ME DA LA GANA: EL PESCADOR Y EL BARBO.


Los cuentos son como las religiones: cada uno los interpreta como quiere.
El cuento del pescador y el barbo nos presenta un generoso pescador casado con una mujer insaciable que recibió como castigo quedarse sin nada. Esa mujer exigente que llama imbécil a su marido que ha hecho una buena acción y que en su frustración y amargura y hastío de una vida sin sentido en su cabaña llega a pedir lo que no se debe pedir.
Si este cuento fuera analizado por una feminista feroz, denunciaría el papel secundario de una mujer que espera en una cabaña y no tiene un papel primordial en esta vida y termina siendo la mala de la película. El pescador era el noble y la mujer, preocupada por la familia, era la asquerosa.
Si este cuento lo contempláramos desde una perspectiva del carnaval de Cai veríamos a un Juancojones que abrumado por su mujer siempre hace lo que ella le dice.

LO QUE DIGA MI MUJÉ