domingo, 5 de enero de 2014

GRANADA, UN CINCO DE ENERO DE CABARGATA Y LA SOMBRA DE CARLOS CANO.

MIGUEL AGUJETAS
POETA ROMÁNTICO
DEL SIGLO XIV





Las cosas que yo te cuento
han pasado de verdad.
Ya sabes que no te miento
aunque suelo exagerá.
       (Miguel Agujetas)

Cuando abrí mi blog CARLOS CANO CON CORAZÓN DE CAI, el título me gustó en el aspecto fonético y especialmente en el semántico. Y es que Carlos tiene alma de gaditano.
Hoy, 5 de enero, he salido a dar una vuelta por Graná siguiendo sus pasos, oliendo sus calles, cantando sus canciones. Empecé por Puerta Elvira, calle Elvira, Plaza Nueva. A la nota romántica hay que echarle un jarro de agua fría y decir que el bajo Albaicín está destrozaico vivo. Ayuntamiento: muchas multas por aquí y por allí y poco ir a lo esencial. Toma pedazo de crítica, que decían Los Lacios.
Avanzas un poco, subes por Pavanera y te aparece el restaurante ALACENA DE LAS MONJAS e inevitablemente te acuerdas de la canción y te pones a cantarla con esa voz desentonada que destroza la canción.
- ¡Hijo, que malafollá! Ya tengo que sé medio granaino.
Llegas a la Plaza Carlos Cano y te preguntas cómo es posible que al granaino más ilustre le ponen la plaza más fea de to Graná. ¡Pá eso haberle puesto una calle en un políngano industriá! ¡Qué malaje!
La noche se va apoderando del ambiente y de mi humor también. Sales a la Fuente de las Batallas y una multitud (pá mi cuatro son multitú, solía decir Carlos dada su timidez) espera impaciente la procesión o la cabalgata, lo mismo da. El pueblo quiere circo. Recuerdo  ir con mi padre a una procesión y con esa extraña e improductiva habilidad que tengo para que se me vengan canciones a la mente  ponerme a cantar ya parte la cabalgata.
- ¿Te quieres callar? me espetó mi padre  con crudeza. Bueno, vale, de acuerdo, qué carácter, como te pones, que decían los ricos en el carnaval del 93.
Por fin la masa se hace uniforme para recibir a sus majestades. Los corazones laten uniformemente acelerados para recoger el maná del cielo: ocho o diez caramelos rotos. Lo que es el subconsciente o el subnormal colectivo. ¡Qué peleas y repeleas por unos caramelillos que tienes en casa y no te da por comerlos! Cuatro arpías con más de 40 años sacuden un triste arbolillo que habían dejado plantado en un macetón. Alguna planta que a última hora no acudió a la cita. Estaban como idas ordeñando el árbol de la ciencia o de la inconsciencia en este caso, aniquilando la naturaleza de manera furibunda por un triste caramelo de la ugt de esos que la Junta pagó dos veces y cuyas siglas  ellas interpretarían como Urgente.
¡¡Y pobre de ti si no participas de ese estado febril colectivo!! El niño más gordo subido en la carroza más chunga puede lanzar hacia ti, justo cuando estés distraído, un caramelo que te da en el cielo de la boca y a punto está de reventarte la paleta en añicos.
- Bueno, ese era para mí, piensas para tus adentros y cuando te agachas a cogerlo 14 brazos con 6 cabezas recorren tus pies de manera sinuosa como serpientes o plaga de alimañas y pá colmo, al agacharte, el de atrás te pega el puntazo que ha estado esperando toda la noche. ¡Por saborío!  No sabes si volverte y decirle cuatro cosas o pedirle con amabilidad el teléfono. Estas cosas nunca ocurren por casualidad.
.Prefieres seguir camino y perderte entre la multitud que eufórica camina para casa con el botín en una bolsa llena de aire y ocho caramelos hechos añicos en la parte baja.
Pero es llegar a casa, descargar las fotos, prepararme una deliciosa cena de revuelto de morcilla y queso, una buena cerveza, una hermosa compañía y saber transformar todos los sinsabores en guasa gaditana, que me digo para mi mismo:
- Arsa y ole y viva Cai y tó la tribu de Ali Babá.