jueves, 12 de diciembre de 2013

PASODOBLE A CATALUÑA

Con alma genuina de andaluz profundo quisiera escribirle un pasodoble a Cataluña, no de rabia y rencor ni rima fácil, no que busque el aplauso de la demagogia popular.
Y seré atrevido porque no usaré el verso convencional sino la prosa poética para decirte Cataluña que te quiero con el alma porque crecí con tu aire culto cercano a Francia, con canciones de Lluis Llach que me transmitían sentimientos, de Pi de la Serra o el humor de Pere Tapies. 
Iba cada verano y respiraba allí aires de libertad. Creo, como muchos andaluces, que en Cataluña muchos andaluces teníamos una segunda casa que nos acogía.
En los años 60 el régimen fascista fue mi duro con los andaluces y protegió más el desarrollo de Cataluña. Andalucía, muy rica en productos agrícolas, se convirtió en mano de obra barata que tuvo que emigrar por Francia o Alemania, también por Cataluña. 
Vivió Cataluña un gran desarrollo y mi pasodoble se haría otro pasodoble para recordar la historia de una hermana noble que se convirtió en hermanastra por cosas del destino y obligada a recoger cenizas.
La riqueza aparente del pueblo catalán fue un mensaje manipulado por los politiquillos de tercera de la España democrática y mal digerido por todas las comunidades. Unas por envidia, otras por injustas. A las comunidades se las vendía que Cataluña era soberbia y pordiosera, mientras que en Cataluña se percibía como en otras comunidades se derrochaba el dinero que ellos mismos necesitaban.
No sería justo, Cataluña, que te sintieras herida porque los que han manipulado este cuento son inventores de su historia para seguir manteniendo su tren de vida. No es bueno, Andalucía, que no veamos en Cataluña una vanguardia de cultura y de buen hacer, un apoyo constante a la evolución de este país desde 1975.
El final del cuento es bonito sin Mas ni más interlocutores que interfieran de manera malévola en acrecentar odios. La verdad es la que he contado y me conformaría con que el pasodoble a Cataluña se convirtiera en el pasofirme para que en este mundo global buscáramos los lazos que nos unen y no las miserias que nos separan por cuatro votos a corruptos vividores de ezquerras o de derrezcas.