jueves, 20 de septiembre de 2018

LA VIDA Y EL JUEGO DE LA OCA.

Esta vida loca, loca, loca y su loca realidad. Quién diseñó el juego de la oca sabía muy bien que la vida va como un juego de dados. La vida y el azar. Tiras y te ves en el pozo o, en una racha de suerte, tiras y adelantas seis casillas porque de puente a puente y esas cosas. 
Estás primero y muy bien pero de pronto la casilla de volver a empezar está ahí haciéndote ver que puedes ser el ganador si sale un seis o volver al principio.
Muchas casillas que no indican nada, como muchos días en la vida, pero varias casillas que marcarán tu destino y tu carácter según corras una suerte u otra.
Han pasado muchas cosas este mes de septiembre, como casi siempre en septiembre. Septiembre marca el principio de curso y debería marcar el principio del año, de la vida cíclica que tenemos. Todo nace en septiembre.
Después la oca te dirá si tiras porque te toca, o dos dados si asciendes o desciendes. La única diferencia está en que en el cartón cada uno pone sus reglas pero en la vida es el azar quien manda de manera absoluta.

LA SABIDURÍA DEL ARCIPRESTE DE HITA TANTOS AÑOS DESPUÉS

La estupidez no tiene límites. En cuanto al espacio ocupa mucho y en cuanto a tiempo ni contarte quiero. Podríamos ir aprendiendo de lo que nuestros clásicos dejaron escrito, pero la necedad, la bajeza y la miseria todo lo pueden.
Llevo una semana cantando LAS RANAS EN EL LAGO. Muchas veces se intenta en el entorno del trabajo crear un ambiente agradable pero que verdad es que das una mano y te toman el brazo, que nunca es suficiente, que la envidia corroe. Visto lo visto, a cantar todos Las ranas en el lago.
Las ranas en un lago
Las ranas en un lago cantaban y jugaban,
ningún temor tenían, bien tranquilas estaban;
hicieron caso al diablo, muy mal se aconsejaban;
pidieron rey a Júpiter, mucho se lo rogaban.
Envióles don Júpiter la viga de un lagar,
la más grande que pudo; cayó en aquel lugar;
hizo el golpe del fuste a las ranas callar,
mas ven pronto que no era rey para dominar.
Se suben a la viga cuantas pueden subir,
dijeron: -No es buen rey para nos lo servir.
Pidieron a don Júpiter cual solían pedir.
Don Júpiter, con ira, túvolas que oir.
Como rey envióles cigüeña carnicera
que recorría el lago por toda su ribera;
andando pico-abierta y con gran tragadera,
de dos en dos las ranas, comía muy ligera.
Quejándose a don Júpiter dieron voces las ranas:
-¡Señor, Señor, socórrenos, tú que matas y sanas!
el rey que tú enviaste por nuestras voces vanas
nos da muy malas tardes y peores mañanas.
Quien tiene lo bastante, dése por bien pagado;
el que puede ser libre no quiera estar atado;
no desee inquietudes quien vive sosegado;
ser libre, independiente, no es con oro comprado.