sábado, 10 de mayo de 2008

Mariano, que no marcas un gol desde el verano.

Mariano, que no marcas un gol desde el verano. Eso le cantaban al personaje de Forges y eso mismo le está pasando a Pepe. El Pepe se llama en verdad José María y representa a una sociedad hipócrita y falsa que atropella igual a un pueblo con mentiras como las armas de destrucción masiva como interpretan la realidad como estiman más oportuno. Con tal de poner sus pies en la mesa de un imbécil, pone a todo su pueblo a los pies del mismo imbécil y así les va y así nos fue.
Después de cometer tantos errores sería digno desaparecer, pero como Pepe es un ser indigno mueve los hilos de su teatrillo y sus figurantes dicen lo que él quiera que digan.
Por este sendero Pepe y María tiene los días contados, pero la soberbia y la vanidad pueden más que nada en estos seres engreídos y no lamentarán jamás que la nave se hunda porque así quedará una vez más demostrado que ellos eran IMPRESCINDIBLES.

Malos Ratos

Los malos tratos son como los malos ratos. Siempre han existido. No obstante, la facilidad informativa de los nuevos tiempos produce un efecto de contagio o de publicidad poco conveniente.
Está claro que hay un problema cultural en el fondo de todo. Si las relaciones personales estuvieran asentadas en el respeto y la confianza todo sería diferente y el respeto es algo que se educa.
Curiosamente la educación no está en manos de los maestros, como se tiende a pensar erróneamente. La educación está en manos de la familia y casi me atrevería a decir que en manos de la mujer. ¿Por qué no avenzamos nada después de generaciones? En la familia se siguen enseñando los mismos patrones machistas y descorazonadores de hace cuarenta años. "Niño, a jugar. Niña, recoge la cocina" En reyes hay muñecas y balones que alimentan el rol de los tiempos pasados.
Los tiempos no progresan pero la brutalidad sí. Denuncias falsas contra denuncias de rencor, pasión y odio, sangre y venganza. Justicia lenta. Justicia ciega. Pero también demasiada facilidad para mentir.
La angustia es la palabra que define cuando observas a dos personas que han compartido todo y se quieren destrozar, odio inmenso, odio intenso. La rabia por tanta estupidez. La tristeza por tanta necedad.

Mujeres de Oro

Ni machista ni feminista, mire usted. Me sobran los istas. Tampoco generalista. Sin embargo observo en los últimos años como van adquiriendo un cierto poder un tipo de señora rubia, ambiciosa y de pseudoizquierda que tiene amplias analogías con nuestro siglo de oro.
Básicamente son todo fachada. No tienen idea de nada pero sonríen cuando se les habla. Le puedes decir que la sociedad renacerá o que el mundo se hunde que, impertérritas, te dan la razón.
Cuando la opinión no es lo único sino que también están en medio de dos formas de actúar tampoco pasa nada. A los dos le dirán que sí y con los dos estará de acuerdo. La hipocresía alcanzará niveles desmesurados.
Politicamente se les valora esa empatía que simplemente es falsedad y poco criterio. Aparentar es un verbo terrible que nos traslada al Siglo XVII, pero que las que se dedican a aparentar, a mentir, a fingir, adquieran notoriedad, te hace descubrir América.
Posiblemente de allí nos viene tanta importancia por el color del pelo, de como tomarlo y de tantos tintes dorados y tontas de bote que se creen listísimas.

CASTRING

La televisión se ha convertido en una batidora de contenidos horrorosos. Los tres minutos de fama a los que todos tenemos derecho se amontonan en largas filas de programas. El resultado no puede ser más patético: insultos, descalificaciones, traumas emocionales. En fin, un desastre.
Un medio útil en si mismo ha hecho tabla rasa para conseguir audiencia generalizada y de esta forma "maravillosa" y mágica llega a todos.
Esos todos y todas son también culpables de su necedad, si, necesidad de aparentar. Esos todos y todas son también culpables de convertir en héroes, y después en villanos, a gente normal. Que triste me parece que tenga que ser a través de una pantalla cuando descubramos a las personas. Vas por la calle y ves gente interesantísima pero parece que a nadie le importa. Conoces a personas que valen su peso en oro por su sabiduría, por su buen hacer, por su dedicación y nos da igual. Pero sale alguien por televisión, aunque sea un impresentable, y su imagen se nos multiplica.
Triste medio. Tristes gentes.
Ser interesante durante 24 horas no es fácil y de alguna forma están utilizando a personas en innumerables casting de modelos, cantantes, libertinos, gilipollas o miserables. Nada importa. Nada vale. El premio después de muchos días es lo que se saca en una noche de publicidad.
Tristes tiempos. Pobres gentes.