domingo, 17 de agosto de 2008

Humor y Realidad. 3. La estupidez.

La estupidez es la falta de capacidad que tenemos para descubrir lo que tenemos delante de nosotros. Es estúpido el pesado de turno que no se da cuenta de lo pesado que se está poniendo. Es estúpido el que realiza acciones incapaz de prever las consecuencias. Evidentemente estamos rodeados de estúpidos y gobernantes.
Como prueba máxima de estupidez te invito a leer y a reflexionar sobre esta pequeña historia.

Una pareja, cansada de la rutina de sus relaciones, acude a un especialista para seguir consejos que le devuelvan el goce pues la mujer no se excitaba.
El historial era el habitual. Años de matrimonio y relaciones y porturas también habituales.
- Aquí hace falta color. Animación. Dijo el especialista. Y los tres convinieron que cambiar la decoración, una cenita romántica y un paisaje hawaiano sería ideal.


Pero a la semana volvieron con la frustración en la mirada y en otras partes.
No se dio por vencido el animador sexocultural y recomendó un paisaje más animado de selva africana. Árboles, choza y chico senegalés con hoja de palmera abanicando. Se pusieron manos a la obra pero tampoco funcionó. Pero antes de tener que pasar otra vez por la consulta, la mujer sugirió que su marido sustituyera al senegalés. Y funcionó, vaya que si funcionó. Y la conclusión del marido fue:
- ¡Estos tíos no sirven ni pá abanicar!!

Humor y Realidad. 2. La pereza

La pereza es una de las cosas que más detesto. Porque funciona como un esquema mental "que-lo-haga-otro" Opino que los mayores males de las relaciones personales, profesionales y un corto etcétera (podría extenderme pero me domina la pereza)tiene por causa mayor a MAMÁ PEREZA. Y, si no lo crees, atiende.
Un matrimonio ya mayor tenía muy a gala ser las dos personas más flojas del mundo. La casa era una ruina y continuamente pretendían que-lo-hiciera-el-otro. Un día que como muchos otros se habían acostado pronto, descubrieron que se habían dejado la ventana abierta.
- Marido, levántate y cierra la ventana.
- Ni pensarlo. Si quieres la ventana cerrada, levántate tú.
Después de un rato discutiendo, llegaron al mutuo acuerdo de que se tendría que levantar a cerrarla el primero que hablara.
Como en todas las historias que se precie aquí también ocurrió algo. Efectivamente un amigo de lo ajeno pasaba por allí y al descubrir abierta la ventana entró a robar.
Pero nada, no se oyó ni palabra.
Cogió y revolvió por allí y, comprobando el mutismo del matrimonio, decidió meterse en la cama con ellos. Transcurridas unas dos horas se escucharon unos gritos de mujer:
- Marido, marido, ¡que me viola!
- ¡¡¡¡SSSSSS!!!! ¡A cerrar la ventana! ¡A mí me ha dado por culo dos veces y no he abierto la boca!

Humor y Realidad. 1

El chiste es un elemento humorístico pero con muchas caras. Es hijo putativo del humor y el humor tiene muchos matices. Lo que tiene gracia para un imbécil resulta una ridiculez para un intelectual (o para otro imbécil)(Menuda aclaración)
No me interesan los chistes que cuentan los "buenos" contadores de chiste más basados en la comicidad del artista que el chiste en sí. No me interesa tampoco ese chiste infantil de "abuelito, cantame una canción" ni ningún otro que llega a un final tan forzado que ha perdido la ¿gracia? por el camino.
Tan sólo me interesa, y mucho, esa anécdota o chiste que te ayudan en la vida a sacar conclusiones mediante asociación.
Como ésto da para bastante y los resultados pueden ser divertidos, iniciamos una breve sección de humor y realidad

¡Ay, mi arma!

Como lo oyen. Una escuela de Texas permitirá que sus profesores vayan armados a clase.
¡Joder, ya no se me va a olvidar la tarea, mamá!


Que la educación se nos está yendo de la mano y por diversos motivos es un hecho. Animo a leer otros pasajes de este blog referidos al tema. Pero hay que armarse de valor para autorizar que los profesores puedan ir armados a clase. Y conozco a muchos.Unos son tan sumamente torpes que al andar se dispararían en sus propios pies. Otros, tan severamente iracundos que cuando preguntaran la tabla los chavales dirían un número al azar. Recuerdo un chascarrillo de mi suegro sobre un maestro de los años treinta que preguntaba por los sentidos al más torpe de la clase y sólo se acordaba de cuatro. Le faltaba el olfato. El profesor, irritado y a punto de soltarle la "galleta" diaria, le dijo "pero huele ésto, animal" Y el miedo del chaval le hizo llevarse a la oreja el objeto que le entregaba el profesor.
Malo es el camino que nos lleva a las armas y no hay defensa posible. Al fin y al cabo un profesor es una persona con frecuentes cambios de humor como todas las demás. Si un día se levanta feliz hará A pero si se levanta neurótico sacará la pistola en un pim pam pum.
¡Qué miedo me dan los neuróticos y los frustrados sexuales que hay por ahí! Y si encima van "armados" no te digo ná.
Por favor, señores de Texas, más imaginación y menos brutalidad. Más alma y menos armas.