jueves, 12 de junio de 2014

MANOLO

Hay personas que conoces de la noche a la mañana y según las vas conociendo descubres que forman parte de tu día a día porque saben mucho, pero también porque se entregan en su trabajo.
Manolo es un vivo ejemplo de saber y de hacer. Pero sobre todo una persona única.
Aprovechando que no se jubila y que sigue en el cole: GRACIAS MANOLO. Que parece que solo damos las gracias cuando no hace falta o es mentira.

VERANOS DEL 74, 75, 75, 77, 78......

En el año 74 la vida no era fácil pero cada uno escapaba por donde podía. Recuerdo muchos veranos de aquella década en una playa de Rota, en una casa cargada de recuerdos, una abuela y un abuelo y mucha luz. El abuelo me llevaba a la plaza y allí me compraba churros. Cuando caminábamos por la acera, si pasaba un coche nos poníamos con la espalda pegada a la pared y los brazos sujetando la fachada. El abuelo me trataba muy bien, me daba una pesetilla de vez en cuando y yo era el niño más rico de la tierra.
Después de tomar churros me iba a la playa. La Costilla es la mejor playa del mundo. Y es la mejor porque la viví de niño. Baño, fútbol, baño y a casa. Después era el turno de la mejor cocinera del mundo: mi abuela. Urta en tomate, pavo, pescado frito. Manjares exquisitos todos ellos.
Después, como un rey, me retiraba a mis aposentos. Una habitación en la parte alta de la casa que cerraba por dentro para sacar fuera de mi flujos adolescentes. Un día que me encontré un paquete de winston por la calle me fumé tres del tirón y dormí  del tirón seis horas. Me desperté en otro mundo y una fatiguita enorme.
Así pasé cinco o seis veranos. Por la tarde no me gustaba ir a la playa y me iba a la biblioteca y a visitar a otros tíos que vivían cerca. De vez en cuando me daban un duro o cinco pesetas y yo era un duro más rico que el más rico de la tierra.
Por la noche me iba con mis primos al Cine Playa, un cine de verano donde ví las mejores películas del momento, todas las de Trinidad y todas las películas del oeste. Pero me lo pasaba bien.
Hoy, 40 años después, he vuelto a la casa. La estamos vaciando porque hay que arreglarla. Pero los recuerdos han venido a mi como una ola. Hermosas eran las olas de hace 40 años.
La azotea donde estaba el cuartito y la parra, que me daba en septiembre unas dulces uvas moscatel, copan mis mejores recuerdos. También me encontré un póster del atlético de Bilbao de 1973. Setenta y cinco años de 1898 a 1973. Soy del atlético de Madrid pero en esos años me encantaba Iribar, Rojo, Lasa, Uriarte, Guisasola.... Me encantó recordar estos nombres. Si eres del Bilbao podemos llegar a un acuerdo por el póster.