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| ER CASIANO DESPUÉS DE ABRÍ UN REGALO |
Decerción. Esa es la palabra. Er Casiano había comprao un ordenado con seis cerdas.- Negocio redondo, iba diciendo por el pueblo. Me gasto quinientos euros pero viene con seis cerdas.
¡Ay Casiano! ¡Lo barato sale caro y er dinero der mezquino recorre dos veces er camino! ¿Cuándo aprenderás que naide da duros a pesetas?
Y ahora está deprimío metío en la cama solo de pensá lo que se van a reí to er mundo. Menudos son. Y pá cormo lan regalao un frasco de colonia Pachuli y er Juanjo ya le tiene prepará una frase de bienvenida:
- Pachuli yo, que compro un ordenadó pá aumentá mi piara. ¡Hoy, hoy, hoy, que mala suerte!
Y como er joío imita ar cochino como naide, pó ya mestoy imaginando las risas. Y er Casiano las presiente. Le soplan en la nunca como siempre. Porque hay cosas que aunque no las veas, sabes que están detrás tuya.
- Le voy a preguntá ar Casiano si primero te llega el ordenadó y aluego los cochinos se los descarga por interné o vienen en correo normá. Me muero de la risa de solo pensarlo, dijo er Jesú en la peña antiayé. ¡Y es que le tiene unas ganas!
La verdá es que er Casiano se le tiene merecío. Nunca compra lo que necesita, se preocupa más por lo que sajorra que por el producto mismamente. La publicidá es engañosa pero si te dejas engañá eres más tonto entoavía.
En fin, le recomendao ar Casiano que eche un orgasmo a la grande y se presente mañana por la peña con seis cerdas que güelan mú mal y diga con un par:
- Fijaros los seis cerditos que man dejao los reyes en la ventana.
Luego devuelve el ordenadó, compra dos arrobas de vino y dos kilos de chuletas. A los hombres se nos orvidan las cosas comiendo.
Que no hay mejor @@@@@@@@@@@@ que las de vino.
Te lo digo yo, que soy El Entendío.
