sábado, 10 de septiembre de 2011

EL SABOR DE MI MADRE


Ir al tópico no es lo mío pero es verdad que madre no hay más que una y hoy, yendo por la calle donde algún día me encontraré, he ido almacenando recuerdos porque ¡ay que ver lo que vale una madre!
He comprado cazón y la pobre ha tenido la mala idea de freírlo con algunas acedías frescas. Un poquillo exagerao si que soy porque lo como tal y como sale de la sartén, es algo que hacía desde jovencito. Me ponía a su lado en la cocina y, como los gatos, antes de caer en el plato ya lo había cogido, soplaba dos veces y a la boca. Allí seguía resoplando.
Las madres suelen adorar a sus hijos y la mía no iba a ser menos. Siempre ha sido una loba para sus hijos. Incluso yo que soy un petardo incorregible y le he gastado bromas y le he dicho pamplinas a diario, recibo todo su amor y más.
Ella me inspiró el cuple de los adolescentes que no recogían la habitación.
Título: Mi madre me tiene gobiao.
Mi madre me tiene gobiao
Mi madre ya me tiene harto,
Todo el día está relatando
“hay que ver como tiene el cuarto”

Niño recoge esta ropa,
Niño no tires los calcetines
Niño, pon bien esos libros
Te quito la paga y no vas al cine.

Y yo le digo a mi madre
Que si la tengo aburría...
¿por qué no me ordena la estantería?

ESTRIBILLO
Ke ke ke
Ke esta es una edad ke es diferente
Ke ke ke
No vayas por ahí diciéndome animal
Ke ke ke
Ke si tú no entiendes al adolescente
Po peó pá ti ka mi més igual.

Estábamos echando mi padre, mi hermano (el chico alto de la foto) y yo un subastao y mi padre salía echando humo de las habitaciones:
- ¡Qué harta estoy! La cama, la ropa por medio, los zapatos... ¡Me tenéis aburría!
- Mami, no digas eso. Gracias a que tenemos la habitación así no te aburres.
Aún resuenan en mi mala conciencia las risas que nos echamos los tres. Pero ella no se enfadó, tan solo dijo aquello de que gracioso eres, hijo
Una prueba de que mi absurdo sentido del humor encontraba en ella un público entregado fue aquella vez en que me dijo que el número de teléfono que yo tenía era difícil de entender.
- ¿Difícil? El 30 es fácil, los dos siguientes son el año en que estamos y los dos últimos te acuerdas del número de zapato que gasto y le sumas 28.
Pamplinas de este tipo han sido tan frecuentes que con ella siempre me he reído mucho, tiene el mismo humor carnavalero.
Tal vez ha sido tan tan tan exageradamente entregada que mi crianza carece de un poco de organización pero mucho cariño de madre que nunca viene mal.