jueves, 4 de septiembre de 2008

VIAJES. 4 ITALIA



Un poco si que parece que Italia está en construcción. ¡¡¡Y con el carácter italiano no la terminarán nunca!!! He estado en Italia dos veces y algunas veces me ha resultado decadente. Efectivamente, la decadencia tiene su encanto. Venecia, Florencia. No hay adjetivos ¿verdad? Sin embargo es lamentable que cierren una autopista y no te informen o que pierdas un día en la carretera. Hay también muchos sitios encantadores sin encanto. Verona, por ejemplo. Romeo y Julieta sin ir más lejos. Llegas allí y ves que la cantidad ingente de gente que ha pasado por allí ha dejado un panorama desolador

La desidia y el creerse que viven en el país donde la naturaleza hizo un punto y aparte genera una serie de problemas que oscurecen el brillo de un sitio muy bonito pero como hay muchos. Y más tranquilos. Y menos explotados.
En el año 2007 cogimos todos un vuelo a Milán y recorrimos todo el norte, los hermosos lagos y la sierra. El hotel estaba en un lugar escarpado y muy escondido en el valle d´Imagna.

Desde allí hicimos excursiones a las ciudades cercanas: Milán, Verona y a los lagos del norte. Todo lo que pierde su estado natural y deja su alma al raso reduce considerablemente su encanto. El hombre todo lo envilece, decía el oso en un cuento de la selva de Quiroga.
Más tiempo estuvimos en el primer viaje haciendo la ruta en nuestro propio coche. Con escala en Barcelona y Génova llegamos a Florencia. Tras la típica parada en esa torre defectuosa que algunos llaman inclinada, dormimos en Florencia con más kilómetros encima que la furgoneta de un repartidor. Florencia divino, pero no soporto las colas ni a quienes la producen.
De Florencia a Roma. Plaza de España, Fontana de Trevi, todo espectacular. Menos el Vaticano. Me resulta espectacular Miguel Ángel, pero que trafiquen con su arte en nombre de Dios me angustia. Soportar una cola de una hora en San Pedro para que después te hablen del tobillo o del hombro es UNA BURLA PAPAL. Los precios por entrar en el museo o ver la capilla sixtina me producen fobia a la organización eclesiástica que lo venden absolutamente todo. Especulan en el cielo y en la tierra. El verbo especular deberían incluirlo en la Padrenuestro
De Roma a Nápoles. Pompeya es admirable por lo que quedó de "eya". Eso sí. Hubo mucho descuido en el personal. Que yo cuando me dejo aceite al fuego menuda bronca me echan.
Y empezamos a subir. Curiosamente llegamos a Bolonia y para mí es la joya que buscaba. Ciudad preciosa, tranquila. Donde la gente vive y deja vivir sin estar pendiente del maldito turismo.
Y de Bolonia a Venecia. Pero no. De Venecia no puedo quejarme porque como vas con la boca abierta todo te parece mágico: San Marcos, los puentes, TODO.
Volvimos por Milán, Torino y en un recorrido que me pareció interminable llegamos otra vez a Barcelona.

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