miércoles, 24 de septiembre de 2008

Aprender de los demás. 2. Nada de nada, Sr. Juez

Desde muy joven leí libros de autores franceses como Sartre o Camus que me formaron, o me deformaron, de una forma determinada. Recuerdo especialmente El Extranjero de Camus. Cuando la realidad me parece absurda y poco abarcable yo también tomo la postura de indiferencia del señor Meursault y determino que hay que luchar por lo cercano. El sentido aburrido de la vida tan palpable en esta obra es maravilloso porque denuncia a una sociedad que pasa de las personas. Tanto esta obra como El Proceso de Kafka me hicieron reflexionar muchísimo sobre la existencia, el relativismo y la estupidez.

Poco después de leer el libro publicó Javier Krahe un buen disco "Aparejo de Fortuna" -aunque no tan bueno como el primero, sí más sólido musicalmente- que tenía una canción que trataba sobre este tema. Es una persona que decide suicidarse porque a nada encuentra sentido.



Señor juez nada mas le quería decir
que en el día de hoy cansado de vivir
me decido a causar mi baja.
La eterna, la fetén, me excluyo del padrón
y aquí, a renglón seguido, le expongo la razón
por la cual rompo la baraja.
No piense en una tragicomedia de amor
que sufro un cáncer y no soporto el dolor
que rechazo ir a un asilo.
Que perdí la razón, la potencia sexual
que estoy a fin de mes, que si tal que si cual
ni otras cosas por el estilo.
Radiante de salud, en la flor de la edad
me va muy bien en todo, con la salvedad
de un hastío tan persistente.
Que vivir para mí es de una insipidez
que me estomaga y me conduce señor juez
a salirme por la tangente.
Lo que me finiquita el quid de la cuestión
no es mas ni menos que la célebre opresión
entendida en sentido lato.
Ya me comprende usted, que le voy a explicar
si aquí, en este redil, juzgar es sojuzgar
y de eso sabrá usted un rato.
Si yo fuera mujer, minoría racial
cristiano de base, zurdo, homosexual,

tercer mundo, obrero, artista.
Me podría sumar a su gran frustración
pero al no ser así, ofrecer mi adhesión
me parece paternalista.
No puedo trastocar mi sexo ni mi piel
mi ateísmo, mis manos, mis lunas de miel
desclasarme o pulsar la lira
Y aunque pudiera ¿que? no sería ya igual
no sería quien soy, motivo primordial
por el que un servidor suspira.
Y si no soy quien soy es una ingenuidad
creer que si me ahorco tengo libertad
más que para escoger la soga.


Mi asesino es usted, ¿por qué no lo iba a ser?
representa la ley, simboliza el poder
el poder y quien se lo arroga
Aquí ya me indigné, di la carta al ujier
archive esto por ahí, no lo podréis creer
escribía arroga con hache
y las faltas así, desde hace ya un buen
tiempo
es que no las aguanto, me ponen a cien
estaré atravesando un bache