jueves, 5 de mayo de 2011

CRÓNICA ONÍRICA DE CINCO CORRIDAS ORGÁSMICAS DE CARÁCTER ESTRATÉGICO CON CLAMORES TAURINOS


Ayer tuve un sueño. Vestido de negro y con cuernos y cuatro patas y 565 kilos de peso. Ese era yo. Encerrado.
Sonaron los clarines y salí al encerado. Cuarenta mansos más me miraban asombrados, soñolientos, sin sorpresas.
Todo es incogruente. Coherente.
Entonces salió el toreador. O toreadora. No tenía traje de luces. Luces ninguna. No se apreciaba paquete. No había asientos de sol. Todos a la sombra.
El diestro era siniestro. O la diestra. La diestra del padre. Su rostro híbrido de tortuga caramelizada me hacía hervir a 180º la sangre.
De pronto, interrelacioné los contenidos. Un capote. En mi soledad nadie me echaba un capote.
De pronto también cambió mi suerte.. De mala a peor. Sonaron dos tiros. Ban, ban. Banbanderillas de cacaracoles tartartajosos contextualizadas en baba de caracol.
La sangre brotaba por mi mejilla. Puse la otra y me abofetearon más fuerte. De mejilla a mejillón. Molusco pardusco. De forma explicita y homologada sonaron los clarines. Mi ira hizo saltar una banderilla. De mi lomo salió un pinchito.
Ingrediente incongruente de una unidad didáctica. Fundamentalmente. El toreador, o toreadora, me hizo una chicuelina con lentejas y tomatillo. Situación de aprendizaje. Las veces que se repite una situación de aprendizaje.

Titiriri. Qué mala suerte. La suerte de varas. Un picador gordo y rubio sobre un caballo enfermo y ojeroso. Me falló la estrategia de andamiaje y no me pude ir a la barrera. Los toros se ven mejor desde allí. Yo mismo viéndome a mi mismo. Asombroso.
El picador se toma una cerveza y una de calamares.
-¡Qué gordo estás, picador!
- No voy a estar gordo, chiquillo, si me paso tó el día picando.
La respuesta produce risas y el entusiasmo del graderio.
- GOOOOOL. Gritan los más despistados.
Algo subyace a nivel cognitivo. Se te escapan los matices por meter los andamiajes. El toreador toca un pito de carnaval y la banda de música dirigida por un Cándido y viejo profesor de música entona un pasodoble de Los Enteraos, pun pun pun
Toda la plaza baila a cuatro patas.
El toreador improvisa la letra del pasodoble entre muletazos al vacio. Yo me he sentado en el palco de autoridades y saco el pañuelo blanco pidiendo mis propias orejas para no escuchar. El toreador es todo un maestro y hace un popurrí con el pasodoble.

LA GENTE SE CREE QUE SABE MUY BIEN DAR CLASES
PERO NO SABE NI LO QUE HACE.
YO COMO ENTIENDO UNA MIJITA DE ESTO
PORQUE ME HE LLEVAO TREINTA AÑOS
ESCUCHANDO SUS LAMENTACIONES
HE ORGANIZADO UNAS JORNADAS
Y NO QUIERO OÍR QUEJAS DE NADA
QUE PARECEN NIÑOS BEBES:
... ES QUE ESTAR CON 25 NIÑOS NO ES FÁCIL, ES QUE LA FAMILIA ATRAVESÁ, ES QUE LAS AMENAZAS...
¿AMENAZAS?
¡¡¡UNA SESIÓN DE ACUPUNTURA TE HACE FALTA A TI!!!
YO, QUE HE LLEGADO A SER TOREADORA
DEDICÁNDOLE MUCHAS HORAS
QUIERO QUE TÓ EL MUNDO HAGA LO MISMO
LA INDUCCIÓN Y EL CONSTRUCTIVISMO SON MI CATECISMO
LA CONTEXTUALIZACIÓN DE LO DESCONTEXTUALIZADO ES MI AFORISMO
Y LOS MISMOS ES EL GRUPO QUE ESCUCHO YO.
PORQUE YO SÉ MUCHO DE COCINA
Y NO ME GUSTA LA PAMPLINA
DE NO USAR EL INSTRUMENTO
PORQUE HE DADO MUCHOS CURSOS
Y CONOZCO LOS RECURSOS
PARA FREIR BIEN LOS PIMIENTOS
YO DIGO QUE NO ES DE RECIBO
PUN, PUN, PUN
UTILIZAR ESE OBJETIVO
PUN, PUN, PUN
PORQUE EN ÉL NO APARECE
LA PALABRA CONSTRUCTIVO
YA ME IMAGINO LA SALA LLENA
CON MUCHAS CARITAS DE PENA
Y PA MI ESO ES UNA ALEGRÍA.
LA PRÓXIMA SESIÓN SERÁ DIFERENTE...
PORQUE CADA VEZ--- IJI
HAY MENOS GENTE.


Me ponen sal en las heridas y vuelvo a la plaza. Como al toro Ferdinando, el aguijón me enloquece, me atormenta. Una baba blanca cual barba canosa rodea mi rostro. Toro epiléptico. Acudo al requerimiento del toreador que tiene un tic 2.0 nervioso y no se arregla con la pizarra digital.
Lentejas y tijeras. Andamiaje. Suena una jota. O cuatro.
El toreador está pallá y el toro pacá. Posiciones encontradas. Deposiciones yuxtapuestas.
El toreador entra a matar. Pincha la caca dura de tortuga moruna. Brocheta caramelizada de heces soeces. SOS. Ese o ese. Tú o yo. Exclamo frases inconexas sin decir ní mú. Me trago la brocheta cual fakir y sale fuego por la boca. Fuego y sangre.
En un último gesto burlón saco la lengua en mi agonía. Lengua ensangrentada. Veinte mansos me rodean. Treinta y nueve ojos elevan al cielo una señal de plegaria... siempre hay un toro tuerto.
La frase me revive. Siempre hay por quien luchar, por quien vivir. Y al final, las cosas buenas ... Bailo al son de Julio Iglesias. Me levanto y empitono al toreador

De pronto despierto. Todo ha sido un sueño. Respiro hondo. Menos mal. Todo ha sido un sueño, o no. Toco mi espalda y noto un hilillo de sangre. Maldición... ¿será verdad que todo fue mentira? Todo es tan incongruente...