Los JIBAROS reducían cabezas y el tiempo limita el pensamiento. Lástima.
El cine era la gran pantalla y una gran historia era vista por muchas personas que se emocionaban a la vez.
Avanzamos con una pantalla más pequeña llamada televisor y ya no tenías que salir de casa para ver algo, algo más manipulable.
La pantalla se redujo más aún y un ordenador o tablet nos traía a nosotros solos la película o mil cosas más.
El móvil logró el más difícil todavía y en una pantalla de 6 por diez lo teníamos absolutamente todo.
Todo y nada. Porque la pantalla se ha ido reduciendo a la par que nuestro cerebro.
Cada día más individualistas, más in solidarios, más imbéciles. Sólo seremos libres cuando veamos nacer a los niños con alas, cantaba Pablo Guerrero. Y nos hemos conformados con ver nacer a los niños con un móvil.
