martes, 24 de junio de 2014

AYER

Ayer. Ayer fue un día especial.
Antes de ayer hubo otro ayer y otro que también fueron especiales. Porque preparar el ayer me llevó varios ayeres.
Pero mereció la pena. Todos pusimos un poquito y, como siempre, resultó un bastante. El escenario estaba chulísimo con disfraces de muchos años y el vídeo que vimos al final también muy bien. 
Estas fueron mis palabras, especialmente sentidas esta vez.
DESPEDIDA DE SEXTO. AYER.
Fue ayer cuando me dispuse a montar fotos de cuando erais pequeños. Fue ayer cuando por primera vez montando un vídeo me entraron ganas de reír y de llorar a la vez. Porque veros con esas caritas y esos ojazos me hicieron recordar tantos y tantos momentos que hemos pasado juntos.
Como profesor y como director de estos nueve años tengo una parte de mi vida pegada a vosotros. Como profesor recuerdo muy bien cuando en infantil os daba deporte y jugábamos al lobo. ¡YA VOY, QUE ME ESTOY PONIENDO LOS PANTALONES! Bueno, eso de jugar era un decir para algunas niñas que lloraban nada más verme llegar como si fuera el lobo de verdad. Viendo la clase con Lourdes Domouso o con Inma, los recuerdos se han agolpado en mi cabeza y veros me ha gustado muchísimo.
Volvimos a vernos unos años más adelante y desde segundo no he dejado de daros algo, por lo menos la lata. Me ha gustado mucho daros matemáticas porque habéis podido ver que matemáticas es la vida misma, no es una asignatura. Si habéis llegado a divertiros con las matemáticas o con las bromas en clase, mejor que mejor. Y si por el contrario las matemáticas os parecen un pestiño… llevárselo a vuestro abuelo con una copita de anís.
Y muchas fotos me han hecho pensar que en el fondo habéis sido muchachos y muchachas muy afortunados, con unos maestros que os han llevado a muchos sitios y que os han vestido de semáforos, de flamencos y de flores, de pinochos, de niños o de abuelos, ah… que se me olvidaba, y de bufones. Tendréis que tener un trastorno grande de personalidad después de haber sido de todo, pero si lo cogéis por el lado bueno eso os ayudará a conocer mejor a los demás… sobre todo a los semáforos.
Y como director yo también empecé en este cole como vosotros en el 2005. También parece que fue ayer, no solo porque el colegio está igual… es ironía, si no porque con personas como vosotros y vuestras familias han apoyado mucho y se han implicado en el día a día, en las tareas, en las fiestas, en los materiales. Han sido unos padres y madres fabulosos.
Y por ahí está mi única preocupación: igual que nueve años han pasado en un abrir y cerrar los ojos, cuatro años pasarán más rápido todavía. Espero que os coja con los ojos bien abiertos y con la madurez suficiente para aprender tres cosas:
-         Los adultos no tienen siempre la razón pero tampoco el primer colega que conozcáis.
-         Nos han ensañado que escaquearse y no esforzarse es lo guay y es mentira. El sabor que tiene lo que hacemos, lo que aprendemos por nosotros mismos sabe mucho mejor que cualquier cosa.
-         La vida es maravillosa y da tiempo para todo pero si os organizáis un poco. No hay nada más triste que dejar pasar la vida desde una plaza o mandando mensajitos inútiles. Aprovechad el tiempo, buscaros aficiones sanas como la lectura, la pintura, el deporte o la música.
Si sigues estos tres consejos y no bajas los brazos así como así  porque no te gusta rendirte, seguro que os irá muy bien. Así lo espero.