jueves, 10 de julio de 2014

CHAQUE JOUR UNE CHANSON: TRISTE HISTORIA O EL LAMENTABLE ANIVERSARIO


Mamá cumplió 100 años y no me pareció mal que se hiciera una película de dos horas. Pero que Sálvame cumpla cinco años en pantalla me deja idiótico y obnubilado. En esa nubi llevo desde que hace días vengo escuchando que un programa ha aguantado todas las tardes de cinco años narrando las vidas de cinco o seis personas que venden su alma, sus principios, sus ideas a coste cero porque también es verdad que no tienen alma, ni principios ni ideas.
Pero lo que hagan estos personajillos de baja estafa o estofa, táchese lo que no proceda, me la trae al pairo que dijo el otro el otro día presentando el catecismo.
Lo que me ha hecho reflexionar el ACONTECIMIENTO es que para que un programa aguante en la parrilla de la barbacoa, detrás tiene que haber público idiotizado con la boca abierta y la mosca revoloteando por la baba agridulce de la comisura de los labios. He pensado en todas esas personas que se sientan a escuchar las estupideces altisonantes que ses sueltan allí tarde tras tarde, los bailes ridículos, las canciones ensordecedoras y el conjunto esperpéntico y me he planteado realmente pedir asilo político en Italia, aunque pensándolo mejor he desistido pensando que allí nació la cadena del water.
Que la sociedad española tiende a lo simple es un hecho palpable, pero entre una sociedad analfabeta y otra ilustrada deluxe, sin dudarlo elijo la analfabeta. Porque a lo mejor no sabíamos leer pero había una cultura básica en la forma de pensar, en discernir, una educación interior más necesaria muchas veces que este saber leer sin saber lo que se lee, imagen abstracta que me sirve pero cuando leas dos veces seguidas te desmayarás con nauseas para despertar en el absurdo. 
Ya pasaron los tres minutos de la canción y me convierto tristemente en melón, como en el cuento aquel. De acuerdo que todos no vemos esos programas ni los de canar zú que tanto han envilecido a la sociedad andaluza. De acuerdo, pero ahí están. Y cuando presentan un programa medianamente interesante no llega ni al segundo. Así que si el pueblo es soberano por mi que le den al pueblo y al soberano.
Porque si hablamos de estados o de estadios mentales, la simpleza nos ha ganado nuestro pobre estado mental. Simpleza a simpleza llama y ya nos relamemos viendo en un plató a un expresidiario, dos malas periodistas, un gran hermano, una ex de torero y otra ex de tenista. En fin, yo no lo veo nunca porque prefiero la lectura, pero no dejo de acordarme de aquel cuplé que escribí hace diez años diciendo lo hipócritas que somos en todo lo referente a la televisión. Nadie la ve pero ahí están.
CUPLÉ: LA HIPOCRESÍA.

A mi me gusta la lectura
Yo veo muy poco la tele
Y además hay programas
Para darte un telele.

Hay veces que haciendo zappin
Hasta pasas malos ratos,
Mucha gente discutiendo 
Como los perros y gatos.

La tele es una basura,
La tele es una porquería
¡una guarrada!
Y yo el canal cuarenta y siete
No le veo nada, nada.