jueves, 8 de julio de 2010

8 de julio.

Renací un 8 de julio.
Se jugaba el mundial del 82 en España y en un vespino me comí un camión que se saltó un STOP. Traumatismo craneoencefálico y pérdida severa de conocimiento, no recuperado.
Dos años después, un 8 de julio, aprobaba las oposiciones. Con 22 años me abría al mundo laboral. Hoy, con 27 años trabajados, me produce sorpresa que nos quieran aumentar la edad de jubilación precisamente a los que llevamos trabajando toda una vida.
Hoy 8 de julio podría hablar de 26 años intentando que cada día sea el primer día, que la rutina no me coma. Pero no quiero, no me da la gana, no haberte ensuciado, que le decían al gallo Kirico.
El fallo es inapelable: es un fallo.