jueves, 17 de noviembre de 2011

FORMA DE SER: EL HÍBRIDO DEL HOMBRE MITAD PSEUDOLOBO Y MITAD SEMIPOLLO FRUTO DE LA ERÓTICA DEL ENCUENTRO AMOROSO.

Primo, no te asustes que no me voy a meter contigo. Este comentario solo tiene que ver con un porcentaje pequeño del sexo masculino y en una parte reducida de su vida: una vez finalizado el acto sexuá.
Porque finalizado el acto sexuá, la post-relación también determina una forma de ser. Lo he podido comprobá en dos o tres ocasiones.
Todos conocemos la más tremenda e inhumana que es la de la manta amorosa esa que se come al cónyuge. La ley antitabaco es, en este caso, recomendable: A lo mejón se hubiera conformao con un cigarrito. Pero no es lo peor.
Porque entre los humanos se da, en muy pocas ocasiones, una extraña metamorfosis que convierte al hombre en un híbrido de semipollo y pseudolobo.
Justo en el momento álgido del orgasmo, la parienta despliega sus artes oratorias. Da igual el tipo de sexo que haya sido, oral o intravenoso, la hembra justo al caer el AUUUUUUU, transforma al pseudolobo en semipollo y también por vía oral, aunque otra, martillea de forma precisa.
Las neuronas cerebrales del pseudolobo y mediopollo, indefensas en ese momento, reciben de forma violenta una multitud de mensajes referidos a algo que el pseudolobo y mediopollo "no iba a consentir jamás"
No son muchos los pseudolobos y mediopollos que se tienen que enfrentar a una actitud pseudogallinácea y semizorril, o viceversa, pero los dos o tres casos que he conocido cambian de la noche al día como infectados por un mal sifilítico con principios activos. Y este anuncio no es de un medicamento.

CHAQUE JOUR UNE CHANSON. EL PAPA Y LA ATRACCIÓN


No comprendo el enfado del Rayo Vaticano por ver publicado una foto con un ósculo con un Imán. SOLO UN BESO CERRARÁ MI BOCA, leí ayer en una pintada. ¡Qué bonito, joé!
Pero el RAYO VATICANO, en lugar de tomárselo a bien, se lo ha tomao a mal.
Que no somos de hierro, dice la gente. Pues sí, la Iglasia se contracontradice y es de hierro pero no se siente atraída por un Imán, pobre iglesia.
Con lo bonito que es enamorarse y queré, que cantaba Pepe da Rosa. Pó nada, hijo. Que no quieren ver el cartel.
Claro, será que el que se pica ajos mastica y con ese olor a ajos los besos saben raros.
Bésame, bésame mucho. ¡Que bolero más bonito, joé.!