jueves, 1 de diciembre de 2016

EL ENTENDÍO Y ER CASIANO: CRÓNICA DE ENSAYO Y ERRÓ DE TÓ LO QUE HEMOS EVOLUCIONAO Y ENMEJORAO.

ER CASIANO CON LA DEUDA METÓDICA
Hoy acompañaba yo ar Casiano mientra echaba de comé a los guarros y filosofeaba conmigo mesmo, que er Casiano cuando echa de comé está pendiente de lo questá, y con los gorrinos como han cambiado las cosas.
Er Casiano miraba pá otro lao y de vé en cuando me pegaba una patá en plena espinilla pá acallá mi optimismo temporá. Porque yo hoy estaba mú ufano con la mejora de tó, y a lo mejó no era pá tanto.
- ¿Tú te acuerdas Casiano cuando teníamos que vé los partidos de fúrbo en un escaparate de la calle? Igualito ca ahora.
- Pó lo siento, Entendío, pero ahora mucha gente está en los bares viendo los partidos de pie con cara de sufridó y a unas horas alucinantes. Que si a las 13 pá que lo vean en China o las 24 pá que lo vean en Argentina. Y encima con un tío que pasa por allí de vé en cuando pá vé si la gente se pide argo.
- Bueno, pué jé. Pero ahora hay más de tó. Da gusto vé en una casa er niño con la table, la madre con er móvi, er padre con el ordenadó. Tós rodeaos de elementos modernos hablando con el mundo, un amigo en Argentina, un sobrino en Australia y dos primos en Londre.
- A ti te parecerá, Entendío, que estamos más comunicaos, me la prepara er Casiano. Pero yo creo que la gente está más sola que nunca. A mi se me caen dos lagrimones cuando me acuerdo de mi abuelo cuando nos reunía noche tras noche alrededor de la lumbre y lo bien que lo pasábamos. Nos contaba historias o cuentos o necdotas divertidas. Y te reías. Ahora ná, no se ríe nadie. 
- Pó no me negarás Casiano que la gente encuentra trabajo con más facilidá. Que en mi carnecería hay una muchacha nueva cada semana.
- ¿Y te corta o te destroza er pollo? Tú tenías tu carnicero que conocía su trabajo. Ganarse la vida hoy es hacer 14 oficios y no hacer ninguna, tó es puro beneficio. Y se ganará , pero también perdemos más entoavía. Entendío, se pierde educación. Se pierde cariño, ensensibilidá. 
- Ojú Casiano, te vas quedando anticuao. No haces más que pensar en lo pasado.
Y entonces me echó un puñao de argarrobas, y eso no pienso perdonárselo.