miércoles, 21 de marzo de 2012

EL ENTENDÍO: CRÓNICA DE ENSAYO Y ERRÓ DEL ATRACO A MANO ARMADA DE RENOVARSE ER CARNÉ DE CONDUCÍ Y TÓ EL TIEMPO QUE HE ESPERAO.

Er que espera, desespera. Sabido es. Y hoy ma tocao a mi desesperarme. Me levanto de la siesta y toca desperezarme, que contrarieda, que paradoja, que lío entre desesperarme y desperezarme, si parece un trabaluenga. Pó eso. Con los dos brazos en cruz y la boca abierta diciendo aaaaaaaaahhhhhhhhhhhh, me dice mi primo:
- Quillo ¿Tú no tenía que renovarte er carné de conducí? ¡¡¡Cómo te murten te vas a enterá!!!

- ¡Ridiela, la hostia! ¡Qué me sabía olvidao! Que tengo er permiso caducao.
Me visto deprisa y yo cuando me visto no ma acuerdo de ná. Ni llevo foto ni me peino.
Llego allí y más gente que en la guerra. Unos con cita y otros sin cita. Lo de la cita es una cochiná. Es como cuando no ponen número en la carnecería y de pronto lo ponen. Cuando ya me iba a tocá a mi llega una gachí a eso de las seis y media diciendo:
- Perdón, yo tengo cita a las seis. Y me se cuela, dejando en mi grandes secuela.
Pá colmo la señorita que cogía los datos era también la psicónloga que tacía las pruebas. Y entonces desaparecía. Y yo allí, esperando, desesperando, desperezando, dando cabezaditas, dándome de cabezazos.
Por fin viene una chica que dice que es médica a por mi, seguramente pá que no me fuera. Me hace lo de la vista. Yo veo menos que dos gatos de escayola con los ojos tapaos. Pero la paso. Me dice que me va a tomá la tención y yo entiendo que me va a llamá la atención.
- ¿He hecho argo malo? ¿La molesto, señorita?
Y entonces viene hacia mi con una cosa que me pone en el brazo y un infladó pequeñito. Fu, fu, fu.
- Diecisiete ocho. Un poco alta y descompensada. Pero puede ser de los nervios o que el tensiómetro tiene un agujerito y no funciona muy bien.
¡Qué cutrerio! Pienso para mis adentros en lo más profundo de mi interió. A vé si le pongo mala cara y encima me va a suspendé.
Y las preguntas de siempre, que si fumo, que si bebo, que si escucho bien. Yo a tó que no, como me dijo mi primo.
- ¿No escucha bien?
- Si, si. Discurpe, discurpe.
Bueno, pues pase ahora con la psicónloga que le va a hacé unas pruebas de habilidad.
La cara de la psicónloga me sonaba ¡coño, la de la entrada! Luego dirán que hay paro. ¡Si tienen a mucha gente haciendo dos trabajos!¿No va a habé paro?
La chica nerviosa. La cola en la puerta. Pá cormo ahora también te hacen la foto allí y la diligitizan.  Trabajo, profesión,duerme bien, tiene es tres, una cascada de preguntas rutinarias que pregunta por doquier. Por fin la prueba der tune.
- Cuando calcule que va a llegá le da al botoncito. Aunque el botoncito no funciona mú bien.
La paso pero con precipitaciones, como tó er mundo. 
- ¡¡Es que con precipitaciones es más difíci!! Amos, que es un chiste, guapa. Quiero decí con lluvia, ya me entiende.
Se ve que mi gracia no le hace gracia, varga la contradicción. Está un poco tensa, pienso yo. A esta me la llevaba yo a la era pá destensarla.
Luego me dice que agarre un mando, le voy a decí una cochiná der mando y de agarrá pero se ve que adivina mis malversas intenciones y me manda una mirá furicida o fungibunda,  con una mano agarro uno y otro con otra el otro y me pongo a juga a lo que jugué una vez con el hijo de mi primo. Como a las carreras y si tocas er bordillo hace mmmmmm. Tienes que poné un ojo en un bordillo y el otro ojo en el otro bordillo y ya solo te queda el otro ojo, pero como estás sentao un montón de veces suena mmmmmm,  mmmmmm, mmmmmm.
La psicónloga me dice que tengo menos reflejo que un caracó. Pero bueno, que me va a dá er carné por dos años.
No me importa demasiao hasta que me pasa la dolorosa: santificado médico, afotos, papeleo, totá, 60 leuros.
¡La madre que la parió a la canija esta! Si con eso tengo yo 120 valdepeñitas. He perdío una hora. He visto que hay trabajo, que 10 personas por 60 leuros son 600 leuros. Que España va mal pero puede ir peor. ¡Y encima me da er carné por dos años!
¿Dentro de dos años la misma historia?
¡¡¡Venga ya, Filomena!!! Ya estoy yo vendiendo er coche, aunque con 22 años a vé que me dan por él.