martes, 3 de julio de 2012

ENSAYO DE IAN GUAHSON SOBRE EL CARÁCTER EUFÓRICO DEL ESPAÑÓ Y SUS CONSIGUIENTES BAJO Y ALTOS Y ALTIBAJOS.

Hoy no tengo más remedio que pedirle a los españoles que no me tiren de la lengua.  Porque si me tiran de la lengua voy a terminar enseñándoles la lengua y eso no es muy del gusto español. Je. Que circunloco más tonto para no llegar muy lejos. Jeje.
He visto por expreso deseo de mi mecenas, el gran Miguel Alcedo que me da diez euros por escrito (el muy roñica solo me paga si la entrada presenta no menos de 50 visitas) todos los partidos de la selección y la celebraciones. Y he llegado a la conclusión íntima de que todos los españoles son españó, españó, españó. Pero ahora que "hemos ganao" "¡Qué bueno somos!" 
El español es un tipo esfervecente fffffffffffffffffffffffff o como se diga. Los británicos somos más aplacados, más flemáticos. En España la euforia se desata con fertilidad y el aire embaraza a los españoles de alegría burda. Y todo lo contrario: tan pronto se creen los mejores como tan pronto son lo peor del mundo.
Tras disputar el primer partido querían echar a todos. Venían de ser campeones, tienen los mejores jugadores jugando en Barcelona o Real Madrid, Manchester o Chelsea. Los jugadores que no juegan podrían hacer un segundo equipo que quedaría subcampeón. Pero nada. Si ganamos, euforia. Y si pierden, son los peores. En España la primera persona es para la victoria y la tercera para la derrota.
Menos mal que Vicenta del Bosque está de espanto curado porque entrenó al Real Madrid y ese equipo es diferente.
Es cierto que toda España is different, pero different entre ellos mismos porque tan pronto son lo mejor o lo peor. Cada español encierra en si mismo a un Dr. Jekill y un Mister Hyde. 
¿Cuándo seréis como nosotros? Metódicos y serios.
¿Cuándo seréis como nosotros en las fiestas y las celebreition? Bueno, mejor no hablar de eso ahora.

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