miércoles, 9 de marzo de 2011

LA ENERGÍA DE LA PALABRA AMABLE.


Muchas veces me pasa como a Labordeta. Yo también dudo y canto "a veces me pregunto qué hago yo aquí". Fenomenal tema que José Antonio Labordeta enmarcaba dentro del aula y su tarea como profesor. Yo me lo pregunto como profesor, como director y dos veces en semana como ser humano. Y algunas semanas hasta tres.
De la oscuridad existencial nos saca una mano amiga, una caricia y muchas veces también una palabra amable. Labordeta habla del reencuentro con algún alumno que, pasado el tiempo, lo abraza y le reconoce su labor.
y menos mal que a veces
una tarde de abril
un alumno te abraza
y te dice: Don José
que bien que lo pasaba
en las clases de usted
con la visión cachonda
del tiempo que se fue.
A veces me pregunto
qué hago yo aquí.
La canción merece la pena.

En el aula es complejo como explicar motivando. Fuera del aula es más complejo todavía porque dinamizar y mover es difícil, tienes que sumar voluntades y como trabajadores tenemos demasiado esquematizada la comodidad. No hacer nada no te mete en líos. Hacer sí. Es fácil que después de mucho esfuerzo solo recibas un par de palos a cambio y eso si somos optimista. Y reclamaciones del gilipollas de turno que ha hecho 1 y no se para a pensar las 100 que llevas hecho tú.
Pero (Y MENOS MAL QUE SIEMPRE HAY UN PERO) cuando de forma espontánea te dicen lo que valoran tu trabajo y que lo que haces en pocos sitios se ve porquenoesobligación y que romper la rutina del aula lleva mucho trabajo detrás, piensas: "HA MERECIDO LA PENA"
Todo este argumento y toda esta palabrería sentimental lo recoge muy bien Brassens (siempre Brassens) en Chanson pour l´Áuvergnat, que tradujo muy bien Pierre Pascal en CANCIÓN PARA UN MAÑO.
¡Coño, otra vez el Labordeta!

No hay comentarios: