jueves, 20 de septiembre de 2018

LA SABIDURÍA DEL ARCIPRESTE DE HITA TANTOS AÑOS DESPUÉS

La estupidez no tiene límites. En cuanto al espacio ocupa mucho y en cuanto a tiempo ni contarte quiero. Podríamos ir aprendiendo de lo que nuestros clásicos dejaron escrito, pero la necedad, la bajeza y la miseria todo lo pueden.
Llevo una semana cantando LAS RANAS EN EL LAGO. Muchas veces se intenta en el entorno del trabajo crear un ambiente agradable pero que verdad es que das una mano y te toman el brazo, que nunca es suficiente, que la envidia corroe. Visto lo visto, a cantar todos Las ranas en el lago.
Las ranas en un lago
Las ranas en un lago cantaban y jugaban,
ningún temor tenían, bien tranquilas estaban;
hicieron caso al diablo, muy mal se aconsejaban;
pidieron rey a Júpiter, mucho se lo rogaban.
Envióles don Júpiter la viga de un lagar,
la más grande que pudo; cayó en aquel lugar;
hizo el golpe del fuste a las ranas callar,
mas ven pronto que no era rey para dominar.
Se suben a la viga cuantas pueden subir,
dijeron: -No es buen rey para nos lo servir.
Pidieron a don Júpiter cual solían pedir.
Don Júpiter, con ira, túvolas que oir.
Como rey envióles cigüeña carnicera
que recorría el lago por toda su ribera;
andando pico-abierta y con gran tragadera,
de dos en dos las ranas, comía muy ligera.
Quejándose a don Júpiter dieron voces las ranas:
-¡Señor, Señor, socórrenos, tú que matas y sanas!
el rey que tú enviaste por nuestras voces vanas
nos da muy malas tardes y peores mañanas.
Quien tiene lo bastante, dése por bien pagado;
el que puede ser libre no quiera estar atado;
no desee inquietudes quien vive sosegado;
ser libre, independiente, no es con oro comprado.

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