Un domingo en una esquina, un tambor que desafina. Es la música que corre en nuestras venas. Porque así no estamos solos.
La música me ayuda. Siempre me he dado cuenta pero he sido un poco injusto. Casi todo el mérito se lo otorgaba a Brassens, Carlos Cano o Paco Ibáñez. Y cuando hace una semana entré en una tienda y pude comprobar la de música que conocía y que me gusta, y que me ha acompañado, decidí hacerle un gran homenaje. Primero me llevé casi 50 discos y ahora los estoy escuchando.
Allí estaba Fran Fernández y un disco que casi no había oído: Ecos del tiempo.
Era la canción que necesitaba esta mañana mientras la cebolla se dejaba cortar y el pimiento se troceaba para el pisto. Luego calabacín y ya está el pisto, pero no me quiero dar el pisto.
Y también conseguí los dos primeros discos de Pancho Céspedes. Sobre todo el primero es una obra de arte. Me mata este Remolino.
De Calamaro encontré El Salmón y Alta Suciedad. En la tienda yo no atendía a nadie, hacía montones. Canciones como Flaca me acompañan muchísimo.
Y fíjate por donde empezaron a salir discos que nunca compré pero que conozco muy bien. Ketama, Raimundo Amador o Navajita Plateá. Cada disco es una pequeña obrita de arte, portada, letra, cariño, música.
Hasta se obró el milagro: ¡¡empecé a cantar en inglés!! Me tengo que quitar el sombrero ante la magia de Los Beatles. Compré los 27 números 1 y no me canso de escucharlo. Recuerdo mucho a Bryam Ferry y especialmente el disco AVALON, una de mis canciones preferidas que llevo en el cuerpo gracias al buen gusto musical de mi hermana María.El disco es triple y es una gozada.
También encontré a Jarabe de Palo, un disco que tiene canciones como Completo, incompleto. Curiosamente también estaba el disco de Antonio Vega que tiene esa canción. Fue el primero que escuché y Antonio Vega tenía una sensibilidad especial. Curro el Palmo es una versión mejorada por ese deje de agotamiento que lleva en si. Es maravillosa.
Otro latigazo que debo pegarme es por haber considerado siempre como arte menor la música más comercial. Tal vez fui yo de los que silbé a Miguel Bosé en el festival de música en vivo en Barcelona en 1980. Hoy no lo haría. Canciones de Luis Miguel o Nek son necesarias. Hay momentos en la vida para todas las canciones. Chas, chas, me fustigo dos veces con el cilicio y pido humildemente perdón por carajote.
Police, Coldplay, Bryams Adams, Gloria Estefan, Antonio Flores, Juanes y un largo etcétera componen mi tarde más feliz de los últimos tiempos. Además es música que comparto casi al cien por cien con los gustos de mi hija. Algo es mucho.
A buen observador pocas palabras. Los discos no son nuevos, son de segunda mano pero se escuchan de maravilla. Alguien decidió no guardarlos en un desván y aunque estoy seguro que los regaló por cuatro euros pensó: "que la música fluya". Gracias amigo. Yo tengo tu colección pero no como un buitre carroñero. La escucharé durante mucho tiempo. Tienes muy buen gusto.
La música en vena. Y si tienes vinilos y no sabes donde echarlos, yo te los guardo también.
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