Medio planeta tiene necesidá y la otra essexo, dicen las estadísticas de lanalítica de mi amiga Ana. Y con el rigó de una afirmación rotunda y seria y no con un chiste der Casiano empiezo esta crónica. A la gente le preocupa meterse en canne o ponerse como una bola y envejecé. Y de eso saprovechan estos listos de interné y están tó er día bombardeando con imágenes de personas pesaditas y pasaditas de kilos. Vivimos una sociedad con estrés y con angustias. Muchas veces comé es una liberación, una necesidá. Y las consecuencias son las grasas saturadas que se adieren a nuestro destino grueso. Toma ya. Una preocupación más. Porque si estoy gordito me rechazan y se regenera en mi interió un estómago inmenso y un complejo enorme o viceberza. Hablando de berza: ¡lo güeno que está tó! La berza, er jamón, pescaito frito, hasta el bocaillo de mortadela. Y es que tenemos casumí que no tó lo que entra sale y que a moderación salariá, moderación terrenal. Contra la gastronomía, astronomía.
Y la segunda preocupación del personá es parecé quien no es a costa incluso de perecé. Más guapo, la piel más fina, los labios más sensuales, las pestañas más eróticas, el pelo más liso y suave. Y de tanto retoque terminas siendo un ave fesio. Se te pone una cara de pájaro, la boca como un abre botella, los ojos vizcos, las pestañas esperpéntricas, los ojos güertos, er pelo quemao y medio carva. Amos, que estabas mejón de fea.  |
| ER CASIANO CON UNOS BOTOS QUE LAPRETABAN |
Y eso es lo malo, que nos vamos guiando por modas. Las niñas de 18 le piden a sus papás de regalo unas tetas más gordas, con pendón. Pó ni que fueran vacas. Aluego no quieren está como vacas y ves que sobre una figura plana sobresalen dos senos al cuadrado que no encuentran la tangente. Hemos perdío la esencia de lo naturá, nos guiamos por ballenas ciegas que tienen el interés en el banco de los billetes y no en el de la zalú. Y así nos va.
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