viernes, 9 de agosto de 2013

CHAQUE JOUR UNE CHANSON: MI VECINO DE ARRIBA



Cuando yo vivía por San Benito mi vecino de arriba era D. Francisco. El cura de la barriada, un señor muy serio y muy formal. Además iba a misa el domingo... varias veces. Yo era un muchacho inquieto y, aunque prudente, D. Francisco notaba que yo no era del rebaño.
Pasados los años, como canta Sabina en otra canción, terminé la mili y me metí en un piso. Yo también era más joven. Pero los pisos no me gustaban por aquello del vecino de arriba. Las relaciones en un bloque son bastardas y maldigo a quien inventó la propiedad en vertical. No conoces a nadie pero sabes de todo el mundo. Te juzgan, juzgas. Terminas pagando el mosqueo con la señora de tu vecino del cuarto. Todos se van poniendo de vuelta y media. El bloque no realiza movimientos de traslación porque todo el mundo critica a todo el mundo.
En cuanto pude me fui a una casa para no tener vecino de arriba. En una casa no hay nadie arriba, no te molesta ni Dios, jeje. Campas a tus anchas y tienes autonomía de primer grado.
Y ahora, las vueltas que da la vida, termino en un piso que tampoco tiene vecino de arriba. Maldigo el tiempo circular. Porque como me dice mi inconsciencia de Pepito Grillo: ¡¡YO SOY EL VECINO DE ARRIBA DE ALGUIEN!! El paso de los años me lleva al final del túnel. La ruleta de la vida me pone en los números decrépitos... Ahora soy yo el que tiene que ver a su hija con otro en el ascensor... 
¡Qué suerte! ¡El piso no tiene ascensor!

No hay comentarios: